Escucha el informe:

Señores y también señoras, se sabe que no hay carnaval sin una buena polémica y como en esta columna somos lentos de reflejos vamos a ir con una de la semana anterior. Maxi Pérez, director artístico de Asaltantes en una entrevista con Jorge Balmelli para Aweno, un canal de streming, tuvo declaraciones interesantes cuando lo consultaron sobre la llegada de su espectáculo en los tablados municipales de la periferia montevideana.

Maxi pone arriba de la mesa muchas cuestiones interesantes pero hay una que subyace ¿para quién canta la murga? ¿a quién representa la murga hoy? Y para responder esas preguntas es pertinente empezar por pensar ¿quiénes hacen murga? Para eso fui a buscar a Andrés Alba, docente y gestor cultural, investigador de la Cátedra Unesco de Carnaval y Patrimonio de la Universidad de la República, murguista en su momento y que viene de pasar un año recorriendo latinoamérica relevando todas las murgas de estilo uruguayo que se encontró.

Y esos hacedores de espectáculos, como lo llaman Andrés fueron muy exitosos y luego de una primera etapa de tensión, las murgas más tradicionales empezaron a incorporarlos a sus espectáculos, eso obviamente trae como consecuencia que quienes antes escribían para esas murgas ya no lo hagan. Entonces la pregunta que sigue es ¿la murga es la voz del pueblo? Mi Vieja Mula lo plantea, “yo no se si el pueblo de este escenario quiere decir lo mismo que el pueblo del otro escenario” y terminan bajando a la platea con el salpicón GPT.
Volvamos a escuchar a Maxi Pérez

Y si tenemos alguien que dice que un poco se perdió esa representación popular, tenemos que poner otra persona que diga lo contrario, en lo posible golpeando la mesa, gesticulando grandilocuentemente y agarrando un vaso con una servilleta toda mojada. No lo encontramo, pero tenemos a Andres Alba

Y como siempre hay un espectáculo de La Mojigata para cada tema identitario, vamos con un poquito de la presenta del 2017, el año que el pueblo despertó y donde la murga deja en claro cómo funciona este de la representatividad.

Quizá toda esta columna suene un poco atemporal, estamos en la tarde previa a los fallos de la liguilla, los carnavaleros arman sus 10 u 11 murgas algunos haciendose los sommelier de jurados, están los reglamentaristas de Momo, esas personas con almas de escribanos que eligen los conjuntos según el apego al reglamento y también están los que con sus elecciones liguilleras proyectan su idea de carnaval. Esto de sentirse identificado con una u otra murga es según Andrés es una de las razones de por qué sigue funcionando tan bien esto del carnaval

Dime cuál es tu liguilla y te diré qué mundo quieres.