Columna de Pablo Fernández
Que la única encuesta que vale es el día de las elecciones, qué la verdadera encuesta es la que manifiesta la gente en la calle en cada recorrida, y hasta que la gente nos está mostrando otra cosa que no están reflejando las encuestadoras, son parte del popurrí que campaña tras campaña los candidatos repiten casi cómo un perfecto rezo.
Sin embargo, las encuestas de intención de voto en Uruguay son el instrumento más fidedigno para analizar los vaivenes electorales y el medir el desempeño que están teniendo los diferentes partidos políticos a lo largo de la campaña. Todos los partidos las miras, todos los partidos las compran, y todos los partidos confían en sus números; más allá de que algunos confíen más que otros, siempre terminan siendo el elemento hoy por el cual definen y diseñan sus estrategias a nivel nacional.
En Uruguay, las principales encuestadoras de opinión pública aún gozan de buena salud y de buena reputación, tanto para los comandos electorales, como para la propia ciudadanía.
Pero también es una realidad que a lo largo de la nueva historia democrática del país los datos que han arrojado las diferentes encuestadoras han reflejado que no siempre quien arranca de punta en esas mediciones termina siendo el ganador.
Allí es donde el desempeño del candidato, en primer lugar, y en segundo lugar del comando político y del partido, son claves para tratar de dar vuelta los resultados.
En esta edición de Alfiles y peones vamos a analizar las diferentes elecciones nacionales en donde quienes marcaron en punta para las mediciones de intención de voto vivieron revolcones luego en las urnas, en la mayoría de los casos, no esperados por los candidatos.
Un punto central a aclarar, es que en la gran mayoría de los casos que analizamos, no se tratan de errores de las encuestadoras, sino todo lo contrario. Las propias encuestas fueron reflejando como en las contiendas electorales quienes no eran favoritos en esas mediciones lograron revertir los números y terminar triunfando.
ELECCIONES de 1989:
Con el Partido Colorado gobernando, el oficialismo decidió en ese momento dirimir quién iba a ser su candidato para la competencia nacional. No existían internas.
El comentario popular era que se debía ir a votar en esa interna porque allí se elegía presidente. La contienda era entre Enrique Tarigo, el “delfín” del presidente Julio María Sanguinetti, y Jorge Batlle. Ganó Batlle, pero el quincista no pudo con la nacional
Los blancos volvieron al poder después de varios años con una arremetida en las elecciones que logró imponerse por 38,11% frente a Batlle que obtuvo el 30,1%. Para esa elección el Frente Amplio fue con Líber Seregni que logró el 21,23% de los votos.
ELECCIONES de 1994:
Los blancos en el poder y se da algo similar: el elegido por Lacalle de Herrera era Juan Andrés Ramírez. Sin embargo, a pesar de arrancar con la chapa de favorito por ese padrinazgo, no tuvo suerte en las urnas tras otra figura emergente: Alberto Volonté.
Esta elección fue de las más reñidas de la vuelta a la democracia. Al punto que un equipo de la Facultad de Ciencia Economías que realizo estudios de boca de urna para Canal 10 dio ganador a un partido político que no había llegado al poder nunca hasta el momento.
El resultado final colocó a Sanguinetti nuevamente en el poder con 32,35%, frente a un Volonté que logro el 31,21% y Vázquez un 30,61%.
ELECCIONES de 1999:
Para la contienda de 1999 Uruguay estrenó el nuevo sistema electoral de primera vuelta, segunda vuelta y posibilidad de balotaje. Todo eso ocurrió.
En la interna colorada presenta una pelea entre Luis Hierro López, que venía con buena imagen por ser ministro del Interior y nuevamente el elegido del presidente Sangunetti que se reflejó en las primeras encuestas de intención de voto.
Sin embargo, nuevamente Jorge Batlle con la Lista 15 logró dar vueltas esos números y término ganando la interna con un 54% frente a un 45% de Hierro. Ambos conformaron la fórmula
ELECCIONES de 2004:
En las elecciones del 2004 no se dan grandes eventos fuera de lo previsible, y la encuestadoras lo reflejaron fielmente a lo largo de la campaña.
El wilsonista Jorge Larrañaga logra quedarse con una interna blanca y aquel recordado spot publicitario que para muchos marca la nueva modernidad de las campañas.
Sin embargo, la izquierda logra quebrar el bipartidismo y marcar la historia ganando en primera vuelta, como incluso lo reflejaron las consultoras los días previas a la elección.
ELECCIONES de 2009:
Por primera vez en la historia, los dos partidos fundacionales y más antiguos del mundo se ven haciendo campaña electoral del mismo lado del mostrador: desde la opción. Y el mismo desafío para el Frente Amplio, que debió enfrentar su primera campaña política siendo gobierno.
Jorge Larrañaga arrancó con viento en la camiseta.
Las primeras mediciones de Cifra en julio de 2008 ponían a Luis Alberto Lacalle con 47%, Jorge Larrañaga 45%, Carmelo Vidalín 6%, otros 2%. Pero eso, cambio rápido y en septiembre de 2008 Lacalle bajó 44%, siendo superado por Larrañaga 47%, Carmelo Vidalín 6%.
En aquel entonces Interconsult marcaba más ventaja: Larrañaga con 49,6% y Lacalle 47,7% sobre febrero de 2009. Equipos Mori –hoy Equipos Consultores– mostraba al wilsonista con 48% y al herrerista con 47%.
Pero con la campaña en marcha a partir de marzo de 2009 todas las consultoras mostraron ese vez para Larrañaga y mostraron que Lacalle de Herrera sería el ganador de la interna blanca. El resultado final fue más abultado aún: 57,12% Lacalle frente a un 42,81% de Larrañaga.
A pesar de eso los blancos no lograron cambiar el empujón que traía el Frente Amplio y la formula Mujica – Astori terminó triunfando en segunda vuelta.
ELECCIONES DE 2014:
En el 2014 Jorge Larrañaga volvió a intentarlo y nuevamente se enfrentó a una Lacalle. Esta vez al hijo del expresidente: Luis Lacalle Pou.La historia fue similar: el líder de Alianza Nacional comenzó como favorito para todas las consultoras. Incluso las últimas mediciones lo mostraban como ganador.
En mayo Cifra le daba a Larrañaga 47% y a Lacalle Pou 45%, pero para Factum la diferencia era más grande: 51% para el líder de Alianza contra 48% para Lacalle Pou. En el caso de Equipos Mori mostró una intención de voto de Larrañaga de 50% para Larrañaga en mayo contra 46% para el líder de La Positiva.
El resultado final fue de un 54,38% para Lacalle Pou y un 45,41% para Larrañaga.
De todas formas, la campaña del 2014 será recordada por una histórica frase de “el susto despertó al mamado” cuando las encuestas marcaron un 39% para el Frente Amplio algo que dificultaba el tercer mandato de la izquierda.
La fórmula de Vázquez y Raúl Sendic logró triunfar en el balotaje e incluso gobernar con mayoría parlamentaria.
ELECCIONES 2019:
En la última elección nacional, Julio María Sanguinetti, casi que obligado, ante la falta de candidato, salió a la cancha. Y las encuestas marcaban que la interna tenía poca gracia, y la suerte del debutante Ernesto Talvi era poca o casi nula.
El fundador de ciudadanos logró un fenómeno que prendió a nivel nacional logrando derrotar al dos veces expresidente por 53,7% ante los 32,8% de votos obtenidos por el líder de Batllistas.
ELECCIONES departamentales de 2020:
El último episodio donde los favoritos tuvieron malas noticias fue en la departamental de 2020. Daniel Martínez a pesar de ser derrotado en la nacional decidió ir por la revancha en la Intendencia Municipal de Montevideo y arrancó la campaña como amplio favorito para todas las encuestas.
En julio de 2020 Equipos le daba 20% para Martínez, 17% para Álvaro Villar y 15% para Carolina Cosse
La historia ya la conocemos y la hoy precandidata a la presidencia por el Frente se sobrepuso en la campaña: Cosse logro un 21%, Villar un 18,5% y Martínez terminó tercero con un 12%.