Otra Historia: Entrevista a Alejandro Díaz

 

 

En una nueva entrega de Otra Historia, el profesor de Alejandro Giménez, acompañado por el director del Museo Torres García, Alejandro Díaz, nos acercan a la vida y la obra de este artista uruguayo cuando se cumplen 150 años de su nacimiento.

Alejandro Díaz es director y curador del Museo Torres García(MTG). Ha organizado exposiciones de la obra de Joaquín Torres García en museos de Uruguay, Argentina, Brasil, Chile y España, y curado muestras de otros artistas en varios museos del Uruguay. Escribe ensayos sobre arte y es director editorial de las publicaciones del MTG. 

También escribe ficción, hace música y fotografía de estudio. Es Ingeniero Industrial Mecánico, y tiene formación en música, teatro, fotografía de estudio, además de varios premios. Es padre de tres hijos y reside en la ciudad de Montevideo, y es descendiente del artista. 

¿Cuál es la «anécdota a contar al respecto» de tu elección musical para esta entrevista?

Joaquín Torres García nació en Montevideo el 28 de julio de 1874 en la zona en donde se ubicaba la Plaza de Frutos, predio que años más tarde ocuparía la Facultad de Medicina. 

Su padre, Joaquín Torres Fradera natural de Mataró (Barcelona) y su madre, María García, natural de Montevideo, tenían un almacén de ramos generales en la zona. Allí pasó Torres García sus primeros años de vida. En 1891 sus padres decidieron que la familia tenía que ir a vivir a Barcelona, a buscar nuevos horizontes. 

¿Qué sucede con Torres García en Barcelona?

Se instala con su familia en Mataró, ciudad periférica de Barcelona, donde  comienza a estudiar dibujo y pintura en la Escuela Municipal de Artes y Oficios, luego ingresó en la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, y más tarde siguió sus estudios en el Círculo de San Lucas, conociendo allí al pensador catalán Torres i Bages quien le abrió a Torres García el mundo de los clásicos griegos.

Trabajó como ilustrador de libros, almanaques y carteles, y también dando clases de dibujo para la creciente burguesía catalana. Es en estas clases que conoce a Manolita Piña, fallecida a los 111 años en 1994, quien se convertirá en su esposa y con quien tendrá cuatro hijos: Olimpia, Augusto, Ifigenia y Horacio. Durante la primera década del siglo XX realizó importantes trabajos de decoración, entre los que se destacan las vidrieras que realizó en la Sagrada Familia al mando del arquitecto Antoni Gaudi, y varios murales en casas privadas de Barcelona. 

En 1917 Torres-García, conoce a Rafael Barradas e influidos mutuamente, comenzaron a producir obras modernas, que ellos llamaron vibracionistas, influidos por el dinamismo de las ciudades modernas y las corrientes vanguardistas del arte europeo. Es por esos años que también desarrolló la producción de juguetes en madera, que comercializó asociado a empresarios catalanes, actividad que llegó hasta mediados de los años ´20.

¿Cuáles son las influencias que recibe de sus pasajes por Nueva York y París?

En 1920 viajó con su familia a New York y permaneció dos años, en los cuales se vinculó con artistas norteamericanos y europeos que residían allí, como Marcel Duchamp. Luego retornó con su familia a Europa, hasta que en 1926 decidió, radicarse en París, centro del mercado mundial del arte de ese momento. Allí se vinculó con la élite del arte internacional (Picasso, Mondrian) y terminó de gestar el Arte Constructivo. 

La producción artística de su etapa parisina es abrumadora: pintó centenares de cuadros, ilustró libros y creó, junto a otros artistas modernos, el grupo Cercle et Carrè. Hacia fines de 1932 decidió probar suerte nuevamente en España y se trasladó con su familia a Madrid. 

¿Qué es el universalismo constructivo que consolida en Montevideo?

Es así que el 30 de abril de 1934 llegó a su país, después de 43 años de ausencia, acompañado de su esposa y sus cuatro hijos (además del escultor Eduardo Diaz Yepes, que pronto se casaría con su hija Olimpia). Inmediatamente de llegar al Uruguay comenzó una labor intensa, creando la Asociación de Arte Constructivo (AAC) y a través de ella concretar su idea de generar un grupo de artistas que llevarán adelante su concepción del Arte Constructivo. Artistas ya consumados como Carmelo de Arzadun que visitaban asiduamente al maestro y exponían de manera conjunta, recrearon el grupo que había surgido en París, con su nombre castellanizado «Círculo y Cuadrado», y editaron una revista mensual que alcanzó los 9 números. 

Publicó varios libros: Historia de mi vida, Nueva Escuela de Arte del Uruguay, La Ciudad sin Nombre, Metafísica de la Prehistoria Americana. Su labor como conferencista es incansable. Dio charlas en un programa en la radio oficial; dictó clases en la AAC, en la Facultad de Humanidades y Ciencias, en la Facultad de Arquitectura y en la Asociación Cristiana de Jóvenes; y levantó el único monumento público que logró realizar en Montevideo: el Monumento Cósmico instalado en el Parque Rodó.

En 1942 se crea el Taller Torres García (TTG) y hasta allí llegan jóvenes atraídos por la figura mística del maestro: Julio Alpuy, José Gurvich, Gonzalo Fonseca, Francisco Matto, Manuel Pailós. Con los alumnos del TTG realizó varios proyectos, entre ellos la decoración con murales del pabellón Martirené del Hospital Saint Bois; y exposiciones colectivas e individuales  Sus obras y discípulos mantuvieron viva su idea de un arte colectivo. Joaquín Torres García falleció en Montevideo el 8 de agosto de 1949.

¿Cómo el Museo Torres García conserva el legado del artista?

El primer MTG fue inaugurado el 28 de julio de 1955, aniversario del nacimiento del artista. Trasladado y reinaugurado en varias ocasiones, por falta de apoyo estatal, en 1973 la dictadura cívico-militar prácticamente lo expulsa del Ateneo de Montevideo, donde funcionaba. Con el retorno a la democracia, se constituye la Fundación Torres García, presidida por Manolita Piña que celebra un convenio con el Ministerio de Educación y Cultura, que cede en usufructo el edificio en el que se halla instalado, siendo refaccionado para la instalación del museo en 1991. El edificio es estilo Art Nouveau y originalmente fue construido para el famoso bazar Broqua y Sholberg.