Por José Ignacio Barboza Elosegui.
El pasado domingo 17, a tan solo una semana del decisivo balotaje, los candidatos a la presidencia de la República, Yamandú Orsi del Frente Amplio y Álvaro Delgado de la Coalición Republicana, se enfrentaron en un esperado debate en Estudio 9. El evento estuvo marcado por la tensión política, momentos de camaradería y anécdotas que condimentaron la jornada.
Llegadas con estilo y posiciones claras
La actividad comenzó a tomar forma desde temprano. La primera figura destacada en arribar al lugar fue la senadora frenteamplista Lilian Kechichian, alrededor de las 19:00 horas. Kechichian aprovechó la ocasión para conversar con la prensa y responder preguntas sobre las recientes declaraciones del expresidente José Mujica. Al respecto, expresó: “No me gusta que se hable de las mujeres de esa manera”, en referencia a los comentarios de Mujica sobre Blanca Rodríguez como posible «repuesto» en caso de que Carolina Cosse no hubiera aceptado la fórmula.
A las 19:10, comenzaron a llegar los comandos de ambas fuerzas políticas. Durante este desfile, se dio un curioso cruce entre Agustín Iturralde, coordinador del programa «Gobernar Para Todos» de la Coalición Republicana, y Óscar Andrade, senador electo por el Partido Comunista. Ambos discutieron animadamente, pero no sobre política, sino sobre una jugada del partido de fútbol entre Defensor Sporting y Peñarol, que se disputaba en simultáneo.
Los protagonistas en escena
Álvaro Delgado, candidato por la Coalición Republicana, llegó puntual a las 19:30 en una camioneta blanca acompañado por su esposa, Leticia Lateulade. Saludó con entusiasmo desde la ventanilla baja e incluso dedicó un gesto amable a un vecino que lo observaba desde la terraza de un edificio cercano. Durante su breve interacción con la prensa, Delgado llamó la atención por un orzuelo en su ojo izquierdo. Entre risas, confesó: “Intenté de todo para curarme, hasta cremas, pero no pude”, y agregó que no se animó a pincharlo por temor a un hematoma.
Por su parte, Yamandú Orsi llegó a las 19:50, como estaba previsto, en una camioneta negra y bajo una lluvia moderada. A diferencia de Delgado, mantuvo la ventanilla alta durante el trayecto y optó por no responder preguntas de la prensa, limitándose a posar para las cámaras antes de ingresar al estudio.
Catering, anécdotas y debate
Mientras los candidatos intercambiaban propuestas en el set, la prensa y los equipos políticos disfrutaban de un generoso catering que incluía saladitos, masas dulces, jugos, refrescos, café y té. Según una de las mozas, el café negro y el «cortado» fueron las opciones más solicitadas por los periodistas.
Durante las pausas comerciales, el único político que salió del estudio para conversar con los presentes fue Luis Alberto Heber, senador del Partido Nacional. En tono distendido, mostró su dispositivo para fumar tabaco vaporizado, afirmando entre risas: “¡Así no me multan!”, en alusión a las sanciones que había recibido por usarlo en el Parlamento.
Un final entre militancias y celebraciones
El debate concluyó con movimientos calculados por ambos equipos. Yamandú Orsi fue el primero en abandonar el estudio, evitando declaraciones y trasladándose directamente a la sede frenteamplista La Huella de Seregni, donde lo esperaba su militancia. Por su parte, los dirigentes de la Coalición Republicana se tomaron más tiempo para interactuar con sus seguidores. Entre cánticos al ritmo de “Y ya lo ve, son los pibes de la Coalición”, fuegos artificiales y bengalas, Delgado y su compañera de fórmula, Beatriz Ripoll, descendieron de sus vehículos para saludar a los presentes.
La jornada, que mezcló política, espectáculo y cotidianeidad, marcó un hito en la recta final hacia las urnas, dejando a los votantes reflexionando sobre el futuro del país.