Escuche aquí la columna completa de Ignacio Martirené: 

En una nueva columna internacional, Ignacio Martirené nos acerca a la crisis que atraviesan las dos principales potencias de la Unión Europea, Francia y Alemania. Emmanuel Macron, se apresta a  renovar por cuarta vez su gabinete este año, mientras en el caso del canciller alemán Olaf Scholz, se enfrenta a elecciones anticipadas en febrero, tras perder la confianza de la Cámara de diputados, luego de destituir en noviembre a su ministro de finanzas, lo que provocó la salida del Partido Democrático Liberal de la coalición de gobierno.

Estos debilitamientos de los gobiernos de las dos economías más importantes del bloque europeo, generan incertidumbre en un escenario geopolítico agitado por la guerra de Rusia y Ucrania, los conflictos en Medio Oriente, y a un mes del regreso de Donald Trump al gobierno de Estados Unidos.

CRISIS EN ALEMANIA

El jefe de gobierno alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, perdió el lunes pasado una moción de confianza en la Bundestag (Cámara Baja del Parlamento), lo que dejó despejado el camino para la celebración de elecciones generales anticipadas el próximo 23 de febrero.

La votación del Bundestag, que Scholz esperaba perder, permite al presidente Frank-Walter Steinmeier disolver la legislatura y declarar formalmente el llamado a las urnas.

La votación llegó tras un intenso debate en la cámara, donde los grupos políticos se recriminaron mutuamente el adelanto electoral. 

Scholz, de 66 años, aspira a otro mandato, pero está muy rezagado en las encuestas, por detrás del líder opositor conservador Friedrich Merz de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido de la excanciller Angela Merkel. 

Después de más de tres años en el poder, la coalición tripartita liderada por el Partido Socialdemócrata (rojo) de Scholz, junto a Los Verdes y el Partido Democrático Liberal (amarillo) se rompió el 6 de noviembre. 

Alemania lleva meses inmersa en una crisis política mientras intenta revivir su economía, golpeada por los precios de la energía y la dura competencia de China.  

El gobierno de Berlín también se enfrenta a los desafíos que supone la guerra de Rusia en Ucrania y al inminente regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, que pone en duda las futuras relaciones comerciales con Estados Unidos

Esas cuestiones centraron el acalorado debate entre Scholz, Merz y otros líderes políticos. Finalmente 207 parlamentarios mantuvieron su confianza a Scholz frente a 394 que no lo hicieron, con 116 abstenciones.

Merz, un ex abogado que nunca ha ocupado un puesto de gobierno, fue uno de los principales críticos de la coalición tripartita, que se rompió por los desacuerdos fiscales y económicos.

EL INICIO DE LA CRISIS POLÍTICA ALEMANA 

El 6 de noviembre, cuando el canciller, Olaf Scholz, despidió a su ministro de finanzas, Christian Lindner, del Partido Democrático Liberal (FDP), la coalición colapsó.

Scholz dio una conferencia el 6 de noviembre en la Cancillería, en Berlín, para explicar por qué había decidido despedir a su ministro de Finanzas, y acusó a Lindner, líder del partido FDP, socio minoritario en el gobierno, de actuar con “egoísmo” y de manera irresponsable.

A Lindner, según Scholz, “le preocupa su propia clientela, le preocupa la supervivencia a corto plazo de su propio partido”.

Scholz criticó de nuevo el lunes 16 a Lindner por el «sabotaje» que hizo estallar a la coalición coalición, que según dijo dañó «la reputación de la democracia».

Desde la salida del FDP, Scholz está al frente de un gobierno minoritario con Los Verdes, incapaz de aprobar proyectos de ley importantes o un nuevo presupuesto. 

El panorama político alemán está más fragmentado que nunca desde el surgimiento en los últimos años del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). 

La AfD pasó de ser un partido marginal euroescéptico a convertirse en una fuerza política importante y ahora tiene alrededor del 18% del apoyo de los votantes.

CRISIS POLÍTICA EN FRANCIA

El presidente francés, Emmanuel Macron, nombró el viernes 12 como nuevo primer ministro a su aliado centrista y veterano político François Bayrou, de 73 años, con el reto de aglutinar una mayoría parlamentaria que impida su caída y un mayor agravamiento de la crisis política en el país galo.

«Nadie conoce mejor que yo la dificultad de la situación» política y presupuestaria de Francia, dijo en su primer discurso Bayrou, quien abogó por la «reconciliación» para salir de la inestabilidad política.

El presidente del centrista Movimiento Demócrata (MoDem) se convirtió en el cuarto primer ministro de Macron en 2024 y sucedió al conservador Michel Barnier, de 73 años, quien cayó el 4 de diciembre en una moción de censura cuando intentaba aprobar los presupuestos para 2025 tras sólo tres meses en el cargo.

Tras la caída de Barnier, Macron cuestionó duramente a la extrema derecha y la izquierda radical, por priorizar sus intereses políticos por encima del bien del país.

La composición del nuevo gobierno y su línea política se anuncian clave para su supervivencia, mientras que el anterior Ejecutivo ya presentó una «ley especial» para prorrogar los presupuestos de 2024 y poder cobrar impuestos, ante la negativa de la Asamblea Nacional de aprobarlos.