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El maestro y designado presidente del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (Anep) en el próximo período de gobierno, Pablo Caggiani, en diálogo con 970 Noticias, planteó los desafíos a corto y mediano plazo para su administración. En este sentido, mencionó la necesidad de atender a la primera infancia.
“Yo creo que Uruguay todavía tiene un desafío de cobertura, es decir de cantidad de cifras, de posibilidades de asistir al sistema educativo en la primera infancia. En el tramo de 0 a 2 más o menos, la mitad de los gurises no están vinculados a propuestas educativas. Esto tiene que ver con el desarrollo de niñas y niños, pero también tiene que ver con el lugar del sistema educativo como sistema de cuidados, es decir, cuando una mamá, un papá dispone de una institución educativa para que su hijo esté educándose, también dispone de ese tiempo para poder trabajar digamos, y eso rompe como el círculo vicioso de la pobreza”, sostuvo Caggiani.
En este contexto, el futuro presidente de Anep también mencionó otro de los “desafíos de cobertura”, que tiene que ver con el desarrollo de la educación en el interior del país, el acceso de estudiantes al nivel terciario y la importancia que implica para «producir más y mejor y para desarrollarse».
“Tenemos otro desafío de cobertura en los terciario universitario, después de que salimos como de estas edades iniciales, el problema de los gurises sin estudiar nos vuelve a aparecer en los jóvenes, y acá se juega también el desarrollo del interior, la posibilidad de tener más propuestas en el interior del país, de la Universidad de la República, de la UTEC los terciarios de UTU digamos del Consejo de formación, porque en realidad sabemos que para la sociedad en la que vivimos, los estudios que se requieren para el ejercicio de la ciudadanía, para una ciudadanía más densa, para producir más y mejor para desarrollarse, implica acceder a lo terciario universitario”, indicó.
En otro contexto, se refirió a la reforma educativa impulsada por el gobierno saliente y dijo que «hacer cambios en abril o mayo, sería una muy mala política porque colocaría de rehenes a estudiantes y docentes».
«Implica que hay una serie de definiciones que la buena política educativa tiene que preservar y tiene que preservar en el sentido de que los estudiantes se inscribieron a séptimo, octavo, noveno, a sexto, a tercero, a lo que se hayan inscripto con un programa, con una propuesta educativa, que es la que la familia conoce, los docentes se eligieron sus grupos o sus horas con determinadas condiciones de trabajo, con un programa, etcétera, por lo tanto, la posibilidad de cambiar todo en abril o mayo, si bien existe, sería una muy mala política digamos porque colocaría de rehenes a estudiantes y a docentes», concluyó Pablo Caggiani.