La Equinoterapia La Milagrosa es un emprendimiento que se llevará cabo a través de una ONG en la ciudad de Sauce, en el predio familiar de Esteban Vieta, ubicado en el Camino Blengio N° 008 y al que se llega por Ruta 67, ingresando en el Km 35 de dicho camino.
Esteban es Teniente Primero del Ejercito Nacional y, además, es profesor de equitación. Tras haber estado en el departamento de Flores, donde conoció los beneficios de la equinoterapia para niños y mayores con discapacidad, decidió instalar en su propio terreno esta propuesta abierta y sin fines de lucro.
¿Cómo nace el proyecto de Equinoterapia La Milagrosa?
Esta idea nace en Flores, porque cuando llego a ese departamento, en el año 2009, veo que en la unidad militar donde estaba, el Grupo de Artillería N° 2, habían chicos discapacitados que iban a hacer tratamientos. El profesor de equitación en ese momento se va a una misión de paz y quedo en su lugar, a cargo. Luego de atender a seis chiquilines, pasamos a noventa y sumamos también el Hogar de Ancianos de Flores. La Intendencia nos hizo un reconocimiento a nivel departamental y el Ministerio de Defensa nos reconoció a nivel nacional. Uno se va metiendo en el tema y lo empieza a ver de otra manera, más que nada a las familias de los niños que venían a la terapia, que no tenían un lugar donde ir y en este caso el cuartel era su lugar de abrigo para hacer algo por los chicos. Después me trasladaron al Grupo de Artillería N° 5,de Montevideo, donde conformamos otro equipo de equinoterapia, en el que comenzamos con veinte chicos y terminamos con sesenta y cinco… siempre soñando con tener un lugarcito acá en casa, Sauce. Vi la necesidad de involucrarme un poco más y hacer el curso de profesor de equitación. Las vueltas de la vida me traen a vivir a Sauce y acá le planteo a mi señora hacer un par de boxes. O sea que pasó de ser un proyecto familiar a algo para toda la comunidad.
¿Cuál es el objetivo del emprendimiento en Sauce?
Esta obra trata de abrirle las puertas a un sinfín de personas. Ya nos han llamado más de cien familias para decirme que tienen chicos discapacitados y que son de zonas aledañas, como Las Piedras, Progreso y Pando. La equinoterapia toma como pieza fundamental al caballo y también se complementa con un equipo multidisciplinario, que son quienes llevan la terapia adelante. La propuesta también va a ser para ancianos y chicos de contextos socioeconómico deprimido. La idea es darles a estos chicos y a sus familias un lugar de amparo, donde se sientan más que felices.
¿Los tratamientos van a ser gratuitos?
Sí, va a ser gratis y es por eso que se está conformando una ONG para poder bancar el presupuesto de esta actividad. No se busca con esto un fin de lucro, sino hacer una obra que nos genere felicidad.
Cada chiquilín con su discapacidad cambia y se le trabaja cada zona afectada. Dependiendo de la afección que padezca el niño o niña, es por donde se apunta la terapia. Los cambios son notorios. Por ejemplo, los chicos con parálisis cerebral se les genera una estimulación constante de los músculos para que no estén tan rígidos y se vayan soltando un poco, pudiendo retomar la capacidad motora. Hay chicos con Síndrome de Down, a los que se les busca dar la posibilidad para que puedan compartir y se sientan capaces de hacer muchas cosas. La equinoterapia marca tres grandes áreas, entre las cuales está lo social, ya que hay chicos a los que hay que reinsertarlos de alguna forma para que se sientan capaces de hacer cosas. También están aquellos casos de chicos que, si bien no nacieron con discapacidades, debido a un siniestro de tránsito la padecen, como amputaciones o retardos por haber estado en coma inducido.
¿Qué satisfacciones te ha dado esta actividad?
Muchísimas. Primero, el amor de los niños con que vienen a las terapias es impresionante. Después, sentir el abrazo de las familias de agradecimiento. Esto te llena el alma. Conocer a un montón de gente y sabés que ellos no pueden acceder a esto de otra manera. Te puedo asegurar que es impagable ver a una familia contenta. Más cuando van al médico y lo único que les dicen es ‘Tome esta pastillita. Si se pone muy nervioso su hijo, dele un ansiolítico y sino tráigamelo dentro de un mes’. Y no van ni para atrás ni para adelante, no avanzan. Poder ver el avance en los chiquilines discapacitados para los padres es lo más grande del mundo. No hay persona, padres o abuelos, que pueda estar preparada para recibir la noticia de que va tener un chico discapacitado, y a todos le puede tocar esa situación.
¿A partir de cuándo los interesados podrán llamar para acceder a estas terapias?
A través de los contactos 099399489 y 099322275. Pueden venir a casa también. La construcción de las caballerizas está a punto de terminarse, al igual que los picaderos. La idea es en setiembre u octubre poder comenzar con las terapias. Ni bien arranque, te puedo asegurar que voy a llamar hasta el Papa para que venga a festejar con nosotros. La construcción la estoy haciendo con mis manos. Tengo también a amigos y primos que me están dando una mano. Salgo de trabajar y me vengo para casa y sigo con el armado de todo para la equinoterapia.
¿Quiénes estarán a cargo de los tratamientos?
En mi caso soy el presidente de la ONG, porque los padres que sumaron al proyecto me propusieron para el cargo. Si bien voy a colaborar y apoyar participando del emprendimiento, la idea es que haya tres profesoras de equinoterapia. Por ejemplo, una de ellas es Graciela Sánchez, quien había iniciado esta actividad en Uruguay y se había retirado. La invité porque la conozco desde hace años para que se sume al proyecto. Van a haber doctores y personas contratadas a través de la ONG y, ni que hablar, que se va a necesitar colaboración de empresas y particulares que den una mano a través de bonos.
¿Está conformada la ONG?
Sí, ya iniciamos los trámites y fueron enviados al MEC. Ahora estamos esperando que nos den el aval.