Según se desprende de los documentos incautados en octubre de 2015 en el domicilio del fallecido coronel Elmar Castiglioni -hasta ahora mantenidos en secreto presumarial y este viernes difundidos por Brecha- desde 1985 hasta 2009 varios representantes políticos y jueces fueron víctimas de espionaje militar. Las prácticas incluían seguimientos, escuchas clandestinas, interferencias telefónicas e infiltraciones.
De las carpetas incautadas en el hogar de Castiglioni (sobre la avenida Luis Alberto de Herrera, a tres cuadras del edificio de la inteligencia militar) se desprende que, por ejemplo, Fernando Costa fue víctima de espionado cuando estuvo al frente de la prosecretaría de la Presidencia durante el gobierno de Jorge Batlle. Brecha informa que en una de las comunicaciones telefónicas que los militares registraron a mediados de 2002, Costa le advirtió al entonces diputado colorado Jorge Barrera que el FMI se proponía «matar» al gobierno de Jorge Batlle, ahogándolo financieramente en un contexto de virtual «corralito» bancario.
En las carpetas de Castiglioni también aparecen operativos de inteligencia en torno a otras personalidades: el general Liber Seregni, Tabaré Vázquez, Carlos Julio Pereyra, Germán Araújo, Julio María Sanguinetti, Gustavo Penadés, la fiscal Mirtha Guianze, Macarena Gelman, entre otros.
Todos estos documentos están ahora en poder de la jueza penal Beatriz Larrieu, quien dispuso el allanamiento del domicilio de Castiglioni el año pasado.
Entre otros elementos que difunde el semanario, la vigilancia sobre Vázquez se incrementó en vísperas de su triunfo a la presidencia, en setiembre de 2004. Ello se infiere del espionaje a la abogada socialista Azucena Berrutti. Eso sugiere que la inteligencia militar ya tenía información sobre la eventual designación de Berrutti como ministra de Defensa.
FOTO: Archivo Presidencia