Este año, el Día Mundial de la Salud, celebrado por la Organización Mundial Salud (OMS) desde 1950, se enfocó en la diabetes, por su fuerte impacto en el bienestar público, que la sitúa como la epidemia más importante de una enfermedad no infecciosa.
Las cifras son contundentes: “Se estima que en 2008 unos 347 millones de personas en todo el mundo tenían diabetes, enfermedad cuya prevalencia va en aumento, especialmente en los países de ingresos bajos y medianos”
¿Qué hacer para evitarla? El National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases de los Estados Unidos propone un plan de acción preventivo y fácil de cumplir.
1. ¡A moverse! Es importante hacer por lo menos 30 minutos de actividad física de intensidad moderada, cinco días a la semana. El ritmo aconsejado supone un esfuerzo físico que permite mantener una conversación sin sofocarte. Por ejemplo, una camina rápida.
2. Menos grasas y calorías. Esa es la ecuación para lograr el equilibrio justo en la dieta. También se recomienda incorporar una buena cantidad de productos de grano entero; que contienen importantes cantidades de fibra, que ayuda a modular la entrada de la glucosa en el torrente sanguíneo.
3. Llevar un registro de alimentos y actividades. Ayudará a darte cuenta de qué comes y cuánto te mueves. El estudio del Programa para la Prevención de la Diabetes de los Institutos de Salud de los Estados Unidos demostró que las personas que siguen un diario con lo que comen y del ejercicio que hacen tienen más probabilidad de perder peso.
4. Ojo con la prediabetes. Antes de desarrollar la diabetes tipo 2, la mayoría de las personas generalmente tienen prediabetes. Esto significa que los niveles de glucosa en la sangre están más altos de lo normal, pero no tanto como para considerarse un cuadro de esta patología. Quienes se encuentran dentro de este grupo tienen más probabilidades de desarrollar este cuadro en un plazo de diez años y también de sufrir ataques cardíacos o ACV. El problema es que la mayoría de las personas con prediabetes no saben que están en esta situación. Por eso, los chequeos periódicos son el primer paso para una buena prevención.
5. Sostener en el tiempo los cambios. Los resultados se dan cuando se establecen nuevos hábitos y no con las soluciones rápidas y mágicas. Si bien siempre hay dietas nuevas que se ponen de moda, no hay ninguna prueba de que tengan éxito a largo plazo. Tampoco hay prueba de que estas dietas puedan prevenir la diabetes. Pero sí está demostrado que se puede prevenir o retrasar el comienzo de la diabetes si se pierde peso haciendo más actividad física y siguiendo un plan de alimentación bajo en grasa y con menos calorías.
Por Rocío Rio de la Loza, health coach mexicana