El Director de Operaciones de la empresa de aviación LaMia, Marco Rocha Venegas, cuestionó las decisiones del piloto del vuelo que chocó camino a Medellín y provocó la muerte de 71 personas, entre ellas gran parte del Chapecoense de Brasil, que viajaba para jugar la final de la Copa Sudamericana.

«Nunca volamos al límite de combustible, velamos por la seguridad de los pasajeros. No puedo decir que me arrepiento de algo, quiero la verdad. Yo no hubiera volado directo desde Viru Viru (el aeropuerto de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia) a Medellín«, confesó Rocha y de esta manera admitió el riesgo que tomó el piloto Miguel Alejandro Quiroga Murakami, quien era su socio al frente de la compañía.

«No podemos todavía emitir un informe oficial. En este momento hay que atender la parte humanitaria, apoyar a las familias. Quiero que nos apoyen para esclarecer este hecho. Hay especulaciones corriendo por todos lados, con información no fehaciente», aclaró en diálogo con el programa radial Liberman en línea, que se emite por FM Late .

Por otra parte, Rocha negó cualquier tipo de vínculo con la Conmeboly se diferenció de las palabras del comandante Jorge Polanco, quien acusa a la entidad del fútbol sudamericano.

“Nunca tuvimos relación, no conocemos a ningún dirigente. Mirábamos el fixture y ofrecíamos el servicio. Teníamos tres aviones, dos de ellos estaban en un hangar y uno solo estaba operable, que fue el que cayó«, apuntó el director de operaciones quien ahora, tras la muerte de Quiroga Murakami, es el máximo responsable de LaMia.

Rocha además desmintió que el seguro haya estado subvaluado y pidió a sus representantes en Gran Bretaña que asuman la responsabilidad civil. «Es apresurado decir que LaMia deja de existir. Nadie quiso que esto pasara. Si esto tiene consecuencias hay que asumirlas, la aviación es un negocio de alto riesgo, caro. Antes de realizar un vuelo, se hace un análisis y se determina si un avión puede llegar con el combustible. Creo que todo el mundo saca conclusiones a priori, pero hay que esperar. El piloto era muy experimentado”, explicó.

Y resumió: «Si te ponés a pensar, una escala de 6 mil dólares no vale una vida. Son todas especulaciones. Las cosas pasaron y cuando uno entra al negocio, sabe qué puede pasar. Si me tengo que hacer cargo, lo haré».

En tanto, desde Colombia aseguran que la empresa presentó un plan de vuelo distinto al ejecutado. Freddy Bonilla, el secretario de Seguridad Aérea colombiano, aseguró que el avión debía salir de Cobija (Pando) y no de Viru Viru (Santa Cruz), según reveló el diario El Deber de Bolivia. «Cuando la empresa, su representante en Colombia, presentó la solicitud de autorización de que la nave viniera lo hizo viniendo de una ciudad que se llama Cobija», dijo el funcionario, en entrevista radial. Cobija se encuentra mucho más al norte, en el límite con Perú y Brasil. Bonilla sostuvo que «no habían autorizado el vuelo de la manera en que se dio».