Una organización que se dedicaba al abigeato de ovinos en establecimientos de los departamentos de Tacuarembó, Salto y Paysandú, para su posterior comercialización en la ciudad de Tacuarembó, fue desmantelada por un trabajo en conjunto entre la policía sanducera y su par tacuaremboense, que permitió que dos personas fueran procesadas con prisión y otra sin prisión.

La investigación aún no ha culminado, por lo que podría haber más novedades.
“Es un hecho bastante lamentable, porque incluso uno de ellos era un exfuncionario de mi establecimiento ‘Don Pancho’”, comentó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Francisco Donagaray y explicó: “era una persona de confianza que me había solicitado la autorización para ir a pescar y cuando salía del establecimiento de noche, lo apresó personal de la comisaría de Tambores, de Paysandú, que posteriormente trabajó en forma conjunta con la de Tacuarembó para efectuar la investigación y desarticular la banda”.
Las personas detenidas por personal del Departamento de Seguridad Rural–C.A.S.A. de 41 años de edad, L.A.C.T. de 42 años y un adolescente de 16 años de edad– llevaban “un ovino faenado de un productor vecino, dos capinchos y una escopeta”, en dos motos, sostuvo el productor. E indicó que tras las investigaciones, “se comprobó que esta gente venía robando desde hace dos años en los departamentos de Tacuarembó, Salto y Paysandú, y de esta organización vivían tres familias que comercializaban la carne en una reconocida carnicería de Tacuarembó”.
“Felizmente, tras la destacada investigación de la policía y la aplicación de los jueces en Tacuarembó de la nueva ley de abigeato, se procesó con prisión a las dos personas detenidas con el ovino, mientras que la mujer de uno de ellos, que era la encargada de vender la carne faenada robada, fue procesada sin prisión”, explicó. Donagaray afirmó que “la jueza ordenó que se continuara con las investigaciones, porque ya se tiene identificadas a las personas que eran clientas de esta seudocarnicería y se las hará comparecer ante la Justicia y se continuará con las actuaciones para ver si se puede procesar con prisión a la señora, que en definitiva es tan responsable como los otros, porque cometió el delito de receptación”.
Aclaró que la carne de los ovinos carneados producto del abigeato “se vendía en un lugar muy conocido de la ciudad de Tacuarembó”.
La modalidad de los ladrones era alquilar autos para trasladar la carne robada en esos vehículos. Se calcula que robaban entre 9 y 10 lanares en cada operativa; “te podés imaginar que vivían bastante bien de lo que obtenían”.
Donagaray explicó que solo “con diez lanares que robaran por mes, en dos años son más de 200 ejemplares, aunque también pueden haber sido bastante más. Si fueran 300 lanares los faenados por el robo en predios de la región, estamos hablando en el entorno de 15.000 dólares, lo que es bastante importante”, dijo.
Por ejemplo, a una familia muy conocida de Paysandú, que tiene campo en la zona de ruta 26, “le robaban de 9 a 10 ovejas cada tanto. Por eso, una vez que sucede un buen accionar policial y judicial, debemos salir a decir cómo son las cosas”.
“Hemos escuchado a productores decir que tal funcionario policial tiene celo policial de más o comete abuso de funciones”, dijo Donagaray, pero enseguida aclaró: “esta gente no comete abuso de funciones, sino que hace cumplir la ley y, a veces, cuando viene un comisario duro al pueblo, lo primero que hace la gente es quejarse. Y en vez de quejarse, hay que apoyar”.
Donagaray agradeció a la Policía y a la Justicia porque, “por fin, se está defendiendo a los productores y al rubro ovino, que tan cascoteado está en todo este tiempo”.
Entiende que el cambio de la ley fue “fundamental”, porque los jueces “siempre dicen que ellos aplican las leyes que tienen para aplicar y no pueden aplicar una ley que no existe. Ahora, tienen la ley y la están aplicando en forma correcta”, precisó.

PARTE OFICIAL
En el comunicado oficial, remitido por la oficina de prensa de Jefatura de Policía de Paysandú, se establece que se realizó una inspección ocular en el domicilio de C.A.S.A., donde fue detenida su pareja, A.L.M.B., de 35 años de edad, y donde se incautó una balanza digital y aproximadamente 9,5 kilos de carne ovina.
Las indagaciones permitieron conocer que la maniobra se realizaba desde hacía tiempo, según dichos de la mujer de 35 años que contó que C.A.S.A hurtaba lanares desde hacía dos o tres años, “a veces venía en su moto y traía dos o tres ovejas, las ponía en el congelador de la heladera y las vendía, pesaba en el almacén de una tercera persona y ella le compraba de a dos o tres ovejas”. También le compraba otra persona a la que se refirió por su nombre y ocupación, y agregó que en otras ocasiones también salía con L.A.C.T.
La mujer agregó que “ellos alquilaban un auto a través de una empresa y se iban a las cuatro o cinco de la tarde a buscar ovejas y retornaban a la madrugada y las colocaban en un freezer”.
La Policía también indagó a dos mujeres de 65 años y 39 años de edad, quienes confesaron ser compradoras del producto.
La Justicia de Feria Mayor dispuso el procesamiento sin prisión de A.L.M.B. por la comisión de un delito de receptación agravada en calidad de autora, el procesamiento con prisión de C.A.S.A. y de L.A.C.T. por la comisión de reiterados delitos de abigeato especialmente agravados, en reiteración real, con un delito de caza abusiva, en calidad de autores.

 

FUENTE:EL TELEGRAFO