La crónica de Cooperativa de Chile nace en las información de los medios alemanes y en particular la fiscalía encargada del caso.

Las autoridades alemanas descartaron este viernes la pista yihadista en el atentado contra el bus del equipo de fútbol Borussia Dortmund al detener a un ciudadano germano-ruso que presuntamente perpetró el ataque para hacer caer en bolsa las acciones del club y obtener un beneficio económico.

Según informó la Fiscalía federal alemana, el sospechoso, Sergej W., de 28 años, adquirió hasta el 11 de abril -día del atentado- 15.000 opciones o derechos de venta de acciones del club, que pagó con un crédito de varias decenas de miles de euros que había solicitado una semana antes.

Con el ataque contra el equipo, que viajaba en el autobús al estadio para jugar un partido de la Liga de Campeones, el detenido pretendía provocar un desplome de las acciones y lucrarse así con la venta de los títulos al precio pactado cuando adquirió sus derechos de venta, mucho más alto.

El detenido está acusado de intento de asesinato, de detonar material explosivo y de provocar lesiones físicas graves con su ataque, en el que resultaron heridos el jugador español Marc Bartra y un policía que escoltaba el autobús.

La detención se produjo en la región de Tubinga, en el estado federado de Baden-Württemberg, en el sur de Alemania, después de una semana vigilando al sospechoso.

Según el semanario «Der Spiegel», las autoridades recibieron un aviso desde círculos financieros y una denuncia desde una entidad bancaria por posible lavado de dinero.

El ministro del Interior alemán, Thomas de Maizière, calificó de «forma repulsiva de codicia» el hecho de que «alguien pretendiera enriquecerse, si las acusaciones se confirman, matando a gente para influir en las cotizaciones en bolsa».

Tras subrayar que el ataque «cumple totalmente con la definición de asesinato», según el código penal, calificó la detención del sospechoso de «gran éxito» y señaló que «las pruebas están ampliamente fundamentadas» y «las sospechas son enormes».

El ministro recalcó la «forma especialmente pérfida» con la que el sospechoso jugó con «el miedo de la población», al dejar pistas falsas junto a los tres artefactos explosivos que estallaron al paso del autobús.

En el lugar de los hechos se hallaron tres textos idénticos -en los que no se encontraron huellas dactilares- que pedían la retirada de Alemania de la misión internacional en Siria y apuntaban a una motivación islamista, aunque numerosos expertos dudaron de ello desde un principio, ya que no concordaba con el proceder habitual de los yihadistas.

El Dortmund expresó su esperanza de que este nuevo arresto lleve a un «rápido esclarecimiento» del «miserable atentado» y en un comunicado, el capitán del Dortmund, Marcel Schmelzer, confió en que se conozcan «los verdaderos motivos» del ataque, algo que «contribuirían notablemente a asimilar lo ocurrido».