Peñarol no sólo perdió un partido de fútbol ante Palmeiras que lo deja comprometido en el grupo 5 de la Copa Libertadores, sino que destruyó su patrimonio máximo como perjudicar al Campeón del Siglo para que quede desafectado por un largo tiempo a nivel internacional.
Algunas jugadas cortitas más lo bochornoso del final desencadenan una sucesión de hechos de la cuál difícilmente zafe. El delegado aurinegro, Gastón Tealdi, comentó que será complicado “poder hacer una defensa con todo lo sucedido a la vista del veedor del partido y de las autoridades de la Confederación”.
Desde el principio, las bengalas. Peñarol tiene innumerables multas a nivel de torneo local por encendido de las mismas en los partidos. Segundo, las bombas de estruendo arrojadas sucesivamente desde la Tribuna Gastón Güelfi del sector de local hacia donde estaban los “torcedores” de Palmeiras. Una se la bancaron, la segunda provocó la reacción.
Así estuvieron hasta que hubo cruces entre las hinchadas para invitarse a resolver el asunto a puño y la policía logró intervenir efectivamente para con ambas parcialidades. Asimismo, fue necesario prestar asistencia médica a un brasileño porque uno de los petardos, impactó en una sus manos.