El dos veces intendente y ahora edil frenteamplista, Mariano Arana, afirmó que se equivocó al votar en la Junta Departamental en contra de la instalación de la estatua de la Virgen María. Lo hizo por disciplina partidaria, pero los reglamentos del Frente Amplio le permitían en ese caso actuar con libertad de acción, algo que él no sabía.

Entrevistado por El País, afirmó: «¡Me equivoqué! La verdad es que recién ahora me enteré que hace décadas el Frente Amplio definió que cuando la gente pide libertad de opción, se le puede otorgar siempre que no haya una oposición de los dos tercios del cuerpo colegiado. Y aquí no los hubo. Yo no lo sabía. De haberlo sabido, hubiera no solo votado lo que me parecía correcto, sino que también lo hubiera defendido con argumentos».

Sobre la estatua, en tanto, argumentó que está de acuerdo «con abrir puertas y ventanas a las más diferentes expresiones. Para la aceptación de una instalación de cualquier orden, que aluda a la religión o a otra cosa, hay que tener en cuenta diversos aspectos. En primer lugar, el sitio, y eso implica la calidad de lo que se está poniendo, que no sea una obra poco decorosa, por decirlo de alguna manera. También es importante la dimensión por métrica de esa propuesta, sobre todo en función del lugar específico en el que se está pensado instalarla. La escultura es de apenas 2 metros y es monocroma. Obviamente no está diseñada por Miguel Ángel, vamos a decir la verdad».

En ese sentido, recordó que «en la entrada de la propia Intendencia, cerca de los ascensores, donde entran todos los visitantes extranjeros, el público, el intendente, lo primero que se ve es una reproducción de una estatua de Miguel Ángel de la Virgen y el niño Jesús. Es una cosa que llama la atención».

«En este caso que se discutió, es una escultura serial, perfeccionada por una escultora con cierto cuidado, que no está estrictamente en la rambla. ¡Por favor! ¡Está a 30 metros del borde de la rambla! Además, estaría dentro de un recinto natural, acotado por vegetación, por palmas y malezas. Hay que ponerlo en contexto», remarcó al matutino.

Por otra parte, consultado sobre la cruz del Papa instalada en la cercanía de Tres Cruces, dijo que critica su ubicación no por laicidad. «No me parece de ninguna manera pertinente poner algo que fue en su momento diseñado para darle un entorno teatral a la visita del Papa, que no fue pensado para dejarlo permanente en la ciudad, cuando a 150 metros hay una obra magnífica (el Obelisco) diseñada por José Luis Zorrilla de San Martín, un homenaje a los Constituyentes, donado por la Asociación de Bancos hacia 1930 recordando los 100 años de la Constitución. Y no son solamente las esculturas: también el diseño es de Zorrilla de San Martín. ¿Cómo es posible? Creo que fue y sigue siendo un error la permanencia en ese lugar de una cruz de esas dimensiones. Para peor, le pusieron la estatua de Juan Pablo II que lucía mucho mejor frente a la pequeña iglesia de Tres Cruces».

Y agregó: «La escultura es muy buena. Pero si uno se pone a mirarla, un auto lo lleva puesto. Es casi una falta de respeto. El Papa está además con una mano en alto en medio de aquel berenjenal ¡Si parece que estuviera dirigiendo el tránsito!».