El presidente de Brasil, Michel Temer, revocó el decreto por el cual había autorizado la intervención de las Fuerzas Armadas para cumplir funciones de seguridad pública en Brasilia luego de que manifestaciones a favor de su renuncia terminaran con ocho ministerios destrozados.
La decisión fue publicada en una edición extraordinaria del Diario Oficial de la Unión, el boletín oficial de Brasil, que explica que ya no es necesaria la presencia de tropas en las calles porque cesaron «los actos de depredación y de violencia, con el consecuente restablecimiento de la ley y el orden».
En declaraciones a periodistas, el ministro de Defensa, Raúl Jungmann, dijo que «ningún incidente ocurrió entre Fuerzas Armadas y manifestantes» y que «la gobernabilidad no fue afectada» con la decisión.
«Les traigo un mensaje del presidente Temer. Quiero decirles que no hay democracia sin orden, la orden es base esencial para la democracia. Dentro de la constitución todo, fuera de la Constitución nada», dijo el ministro de Defensa.
Jungmann señaló que la medida tomada por Temer también había sido usada para la Copa de las Confederaciones 2013, el Mundial 2014 y los Juegos Olímpicos 2016.
«También en Río de Janeiro el anterior gobierno (de la presidenta Dilma Rousseff) empleó fuerzas armadas para proteger la subasta de los campos petroleros y en ese momento los que ahora se quejan no se han quejado».
Jungmann afirmó que las Fuerzas Armadas tenían la orden de actuar en forma «defensiva» de personas y el patrimonio público sin participar de la represión del delito. El ministro de Seguridad Institucional, Sergio Etchegoyen, dijo que la decisión de desplegar el Ejército fue tomada debido a la «insuficiencia» de policías de Brasilia, que se encargan de la seguridad pública.