En el comienzo, la serie la lidera el equipo macabeo por 3-2 pero Aguada llega en un envión anímico tras imponerse el partido pasado que le permite una vida más en su aspiración por el título.

Los dirigidos por Leo Zylberstein saltaron al campo de juego con Jaime Lloreda, Leandro Garcia Morales, Michael Hicks, Sebastián Izaguirre y Luciano Parodi mientras que los del Hechicero formaron con Federico Pereiras, Dwayne Curtis, Demian Alvarez, Diego Garcia y Jeremis Smith.La terna arbitral estará compuesta por Héctor Uslenghi, Alejandro Sánchez Varela y Andrés Laulhe.

Los últimos diez minutos tuvieron la vuelta de Hicks, cuando en tres minutos de juego la efectividad en el tiro largo del local le permitían ganar  68 a 63 con triples de Diego García y Panchi Barrera.

Un triple de Izaguirre en cinco minutos le volvía a poner al partido un manto de dudas, cuando Aguada no lograba quebrar a Hebraica que no encontraba juego efectivo en la noche de hoy.

Bombazo de Demian Alvarez a falta de 4 minutos y corridas rápidas de cancha le otorgaban a los rojiverdes abrir ocho de diferencia que le permitían encarar el final con mas tranquilidad pero enfrente estaba Parodi, el hebreo en gran reacción se pone a una pelota con 3:21 por jugar. (75-72)

Libres de Parodi y Garcia Morales igualaban el compromiso en 78 con casi 2 minutos para el final.

Final no apto para cardíacos en el Palacio Peñarol, cinco cinco mil almas de pie viviendo al limite los ultimos instantes, hay alargue en el palacio tras empatar en 82.

El alargue nuevamente infartante. Aguada se distanció. Hebraica alcanzó. Aguada volvió a sacar cuatro puntos a falta de 40 segundos y García Morales hizo pasar a Hebraica a falta de 20. Un doble de Demian volvió a poner a los aguateros en ventaja en los últimos segundos. La última jugada fue para Hebraica pero no pudo romper y Aguada ganó 92 a 91.

Parecía Imposible, pero Aguada igualó la serie en un gran partido para disfrute del basketball.

El viernes se cerrará la historia de la Liga, aunque podríamos desear que jugaran mil veces más.

 

 

 

(Por Marcos Beledo)