Golden State Warriors es una aplanadora de talento incontenible. Se impuso en el quinto juego de la serie y se quedó con el anillo con un contundente 4-1 ante el poderoso LeBron James y sus Cavaliers.
De repente varios equipos competitivos se encontraron con espacio para reforzar aún más sus ya poderosas plantillas. Golden State es un claro ejemplo, con seis jugadores que cobran más de diez millones de dólares por año: Kevin Durant (26,5 millones), Klay Thompson (16,6), Draymond Green (15,3), Stephen Curry (12,1) y Andre Iguodala (11,1).
«Tomas a uno de los mejores equipos de 2016, el que más partidos ganó en la fase regular, y le añades un puro talento ofensivo (por Durant), que además sabe leer los partidos. Eso marca la diferencia», dijo LeBron James.
«Son el mejor equipo que he visto nunca. Ningún otro ha conseguido esto. Baten récords sin parar todos los años», dijo Tyronn Lue el técnico de los Cleveland Cavaliers.
Es un equipo con un presupuesto millonario con 107.526.542 de dólares en salarios, pero no se preocupó al saber que no haber disputado y séptimo partido de las finales, para los propietarios de Golden State representó dejar de percibir un ingreso total cercano a los 12 millones de dólares en concepto de estadio.
La atención de los nombres de los Warriors y ante LeBron es todo un acontecimiento para el show de la NBA, por eso es que en Oracle Arena, de Oakland, hay gente que para ocupar un lugar en la primera fila llegó a pagar hasta 66.500 dólares por un asiento.
Los elogios se multiplican para estos monstruos deportivos, el periodista de The New York Times Michael Powell, escribió: «Son como una fábrica de armas, con una simple abundancia de atletas inteligentes y brillantes».
Mientras que el ex entrenador y ahora analista de TV, Jeff Van Gundy, dijo: «Esa combinación de ofensiva y defensiva que han amasado los pone en posición de convertirse en una dinastía. No veo nada ni a nadie que pueda impedirles ir ocho o diez veces seguidas a las Finales». Simplemente magníficos. Los Golden State Warriors son los dueños de la NBA y acaban de inaugurar la época de los súper equipos.