Los funcionarios emitieron una declaración en relación a la renuncia de Julio Bocca al Ballet Nacional del Sodre y la situación del Ministerio de Educación y Cultura, en los siguientes términos:
Los trabajadores y las trabajadores de la Dirección Nacional de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura hace meses y también años que venimos denunciando la “inoperancia de la conducción política”, a la interna de casi todas las áreas del ministerio.
En los mismos siete años en los que Bocca llevó a más de medio millón de uruguayos a ver ballet, de 2010 para acá, miles de personas disfrutaron también de actividades y fueron beneficiarias de fondos vinculados a las políticas culturales del país. Usinas Culturales, Museos en la Noche, Boliches en Agosto, Talleres de Inclusión Socio-cultural, Centro Cultural Urbano, Fondos concursables, FIDAE (Festival Internacional de Artes Escénicas), museos de todo el país se sostienen con el presupuesto que destina el gobierno a las políticas culturales; encomendadas principalmente a garantizar el acceso al disfrute y la producción cultural de todos los ciudadanos.
Pero también a velar por los derechos de los artistas y los trabajadores de la cultura, sostener e incentivar la producción cultural en todas las disciplinas, en el entendido de que la producción cultural de un país “es fuente de sentidos, de identidad, de reconocimiento y enriquecimiento del patrimonio, de generación de conocimiento y de transformación de nuestras sociedades”.
Julio Bocca quiso apostar a la profesionalización de los bailarines, trabajadores como los demás. Pero lo que recibió de parte de las autoridades del MEC fue silencio. Los trabajadores de la Dirección Nacional de Cultura creemos que a las autoridades del MEC no les conviene que el sector cultural se profesionalice; no están trabajando para eso. Al contrario, se intenta precarizar al máximo al conjunto de trabajadores, a través de maniobras propias del neoliberalismo: reducciones presupuestales, flexibilización de los vínculos laborales, desaparición de programas y proyectos, salarios cada vez más sumergidos.
Lamentamos la ida de Julio Bocca, y también lamentamos la renuncia de otro montón de trabajadores, anónimos, que en estos años de gestión de Sergio Mautone a la cabeza de la Dirección Nacional de Cultura y de María Julia Muñóz al frente del MEC se han ido por razones similares. Porque quienes toman las decisiones no están a la altura de las necesidades culturales de nuestro país. Y porque el partido político de gobierno no tiene las agallas de retirar de esos lugares a quienes ya demostraron no merecerlos.
ATEC base Cultura
COFE / PIT CNT