El presidente español ha leído un comunicado desde La Moncloa, en el que ha recuerda que España es un Estado democrático y de derecho, y tiene los mecanismos para impedir que quienes quieren infringir la democracia puedan hacerlo.
Esos mecanismos son, entre otros, los juzgados y tribunales que han propiciado la detención de 14 altos cargos de la Generalitat por sus actuaciones encaminadas a celebrar un referéndum que el Tribunal Constitucional ha prohibido.
La idea del Gobierno pasa por evitar que se llegue al 1-0, es decir, por instar a Puigdemont a que desista de su convocatoria. «No sigan adelante», ha dicho Rajoy a los independentistas. «Abandonen ese referéndum que es ya una quimera imposible», ha insistido.
«Hay cauces para defender cualquier causa política» ha recordado reiterando su invitación al presidente de la Generalitat para que plantee sus reivindicaciones en el Congreso de los Diputados, porque la consulta «no tiene legitimidad ni amparo jurídico ni apoyo internacional y, lo que es más importante, no está respaldada por la mayoría de los catalanes».
Pero por si las apelaciones a la legalidad no causan ningún efecto en las filas independentistas, Rajoy ha recordado también que el Estado tiene la sartén por el mango y ha asegurado que el Govern «tendrá que cumplir con su deber, porque las fuerzas de seguridad, la Fiscalía, los jueces y los tribunales defienden los derechos de todos los españoles incluidos los catalanes» y porque «situarse por encima de la ley es una imposición, una injusticia y un ataque a la convivencia».
«La desobediencia es un acto totalitario», ha resumido. Hasta el momento ha calado con más fuerza el relato de Puigdemont de que votar equivale a democracia que el de Rajoy basado en la defensa de la legalidad. Por eso, el presidente español ha querido desmontar la idea de que «votar es lo más claro y expresivo de la democracia», pues, a su juicio, «eso solo ocurre cuando se hace de acuerdo con la ley, por métodos lícitos». Y ha apuntalado su argumento recordando que «los regímenes totalitarios también celebraban referendos».
El presidente ha prometido que velará «por los catalanes para que nadie salga perjudicado» y ha concluido lanzando, sin citarlo, un mensaje a Podemos, es decir, a «quienes quieren generar inestabilidad aprovechando el órdago independentista, pues tendrán que responder ante los españoles por su irresponsabilidad». A mismo tiempo ha agradecido el espaldarazo del PSOE y de Ciudadanos que «no es un apoyo al Gobierno, sino al Estado y a la legalidad».