Una nueva clase de desarrollistas se comienza a ver en Punta del Este para sumarse a los históricos Moisés Kafhif, Vito Atijas, Sergio Grosskopf, Daniel Zulamian o Ricardo Weiss. Los nuevos inversores inmobiliarios no consiguen el dinero para sus proyectos de fondos de inversión o mediante el apalancamiento a partir de la venta en el pozo de construcción. Por el contrario, el efectivo viene por dominar el arte del balón.

Si bien hasta ahora las inversiones proyectadas son modestas si se comparan con las de los renombrados desarrollistas, en los corrillos inmobiliarios de Punta del Este se asegura que de ahora en más sus obras irán sumándose.

Un edificio en construcción en la calle “Tomás Navarro” en la parada 17 de la Mansa, tiene como inversionistas a varios jugadores de la selección argentina. Fuentes del emprendimiento indicaron que detrás de la construcción están los jugadores Ezequiel Lavezzi, Paulo Dybala, Javier Pastore y Ángel Correa. El proyecto tendrá catorce apartamentos que serán usados como vivienda por parte de algunos de los jugadores y amigos cercanos. También se maneja que el plan es vender algunas de las unidades para hacer la diferencia económica.

Uno de ellos, Ezequiel “Pocho” Lavezzi juega actualmente en el Hebei China Fortune, donde percibe un ingreso de un millón de dólares por semana, según los medios especializados. Lavezzi y su pareja, la modelo Yanina Screpante, dirigen personalmente la construcción de su lujosa casa frente al mar en José Ignacio.

Gastronomía y fútbol

En tanto, en la avenida Gorlero se marca el comienzo de la inversión de futbolistas y ex futbolistas uruguayos. Uno de ellos es el técnico y ex futbolista Jorge Fossatti quien compró, según fuentes del mercado inmobiliario esteño, el local de la esquina de Gorlero y la 29 que fue propiedad del empresario y político argentino Armando Gostanian, dueño de la marca de camisas Rigars y ex titular de la Casa de la Moneda de la República Argentina durante la gestión del entonces presidente Carlos Saúl Menem.

Fossati adquirió el local que albergó hasta el final de la pasada temporada a la confitería Boca Chica. La compra vino con un contrato de alquiler bajo el brazo ya que el local fue arrendado por los propietarios de la cadena de restaurantes “La Ramona” de Montevideo, quienes  también están vinculados a la actividad del fútbol.

 

(Fuente: Correo de Punta del Este)