Lo buscaban los suyos por toda Cataluña , a la espera de una directiva o de una señal sobre cómo actuar en la resistencia por la declarada República.
Pero la noticia, pasado el mediodía, es que el destituido presidente de la Autonomía Catalana, Carles Puigdemont, no está en Girona. Ni en Cataluña ni en territorio español. Está en Bélgica .
La intención del viaje sería la de mantener contacto con dirigentes flamencos. Pese a que no hay información oficial, la intención sería hablar con autoridades de «Nueva Alianza de Flandes», un partido independentista en Bélgica.
Fue llamativo este viaje en reserva, en momentos en que su militancia espera directivas sobre la «oposición democrática» que le pide que ejerza sobre la intervención del gobierno central que ahora rige en Cataluña.
La información abrió todo tipo de especulaciones.
Esta mañana el destituido presidente emitió por las redes sociales un mensaje confuso: una foto de la sede del gobierno catalán. No quedó claro cuál era la intención de ese mensaje. Para muchos, era una forma de sugerir que estaba en la sede del gobierno. Pero no hay nadie en este momento del destituido gobierno en el edificio.
Ahora se sabe que, en realidad, el ex líder independentista a viajó en secreto a Bélgica para contactar grupos independentistas.
No rige ningún impedimento judicial para que Puigdemont viaje a donde lo desee en este momento, pese a que hoy el fiscal José Manuel Maza anunció que el ex presidente de la región fue acusado formalmente de delitos graves.