La tercera noche contó con las presentaciones de Lubolos Cosme y Damián, Humoristas Valu’s, Revista Fortem y Parodistas Buby’s Bis.

Fotografía: Leo Carnicelli

 

La comparsa Cosme y Damián interrogó a su propia generación, las pandillas, ser rivales y hermanos, un espectáculo en el que primó el mensaje de buscar los puntos en común para seguir construyendo espacios sanos de intercambio, y allí está el candombe.

Incluso como herramienta para que niños y niñas conozcan su historia.

Luego llegó el turno de Humoristas Valu’s, y esta vez los interrogados fueron los adultos, con las actuaciones destacadas de Dilan Arias (8 años) y Juliana Jorge (6 años), presentaron la historia de una adolescente que descubre que tiene piojos y recurre a Adicapro para que la ayuden a sacárselos, en el mundo de los piojos es que se dieron los momentos más altos en los que dejaron en claro que cargan “con la pesada cruz de ser joven”.

Revista Fortem por su parte contó la historia de Horacio y Adriana, quienes se están iniciando en el mundo del arte y están buscando darle sentido a ser artistas, profesión tantas veces cuestionada. Recorren la historia del arte conociendo personajes que han padecido sus propias búsquedas. El mensaje es claro “Renunciar a lo que amas porque te hace diferente es un error”.

El cierre estuvo a cargo de Parodistas Buby’s bis quienes cuestionaron cómo el uso excesivo de la tecnología nos aleja de la naturaleza, basados en la película El Lorax, pasan por diferentes etapas en las que el amor los llevará a reconocer que “no es importante lo que es, sino lo que puede llegar a ser”.

Un paréntesis para resaltar el mensaje de Claudia Minvielle, la presentadora del Teatro de Verano, quien destacó en su discurso la necesidad de que se respete desde el silencio a cada grupo que está sobre el escenario, fueron necesarias sus palabras luego de que algunos grupos sintieran fuerte murmullos desde la platea durante sus actuaciones. Situación que se genera porque las familias de otros conjuntos e incluso componentes de otros grupos, conversan a viva voz sin respetar el trabajo de tantos meses de quienes en ese momento están haciendo su pasada en el Ramón Collazo.