Los Pepinitos, Troyanos, Tribubys y Saphirus se presentaron en el Teatro de Verano en el marco de la octava etapa del concurso oficial.
Foto: Yohana Parodi
A primera hora y con un buen marco de publico piso las tablas del Ramón Collazo la murga que viene bajo la dirección de Fernando Demestoy y Federico Picos y festeja sus 27 años con el espectáculo “La espera”. Como todos los años, el texto busca transitar por los “momentos y vivencias” que les tocan vivir a los jóvenes de hoy en día y tuvo su punto mas alto en un cuplé dedicado a los abuelos, con un broche final a cargo de los nietos de Carlos Modernell quienes homejearon al Dios Verde haciendo emocionar a la platea.
Luego de la murga, fue el turno de los Humoristas y Tribubys que este año presenta un espectáculo llamado «La espera» basando su idea en una corriente filosófica llamada «existencialismo». Esta trata entre otras cosas en la libertad y la responsabilidad individual, las emociones y el sentido de la vida. A partir de ahí se suceden las escenas planteadas que tratan de reflejar los aspectos antes mencionados haciendo énfasis en levantarse de la silla y dejar de esperar, accionar y ser protagonistas de nuestra vida.
Termiado el pasaje por el máximo escenario carnavalero el director responsable, Leo Perla mencionaba: “La pasada por el Teatro de Verano fue increíble para nosotros, los/as gurises quedaron felices con lo que hicieron y sentimos que la gente disfruto tanto como nosotros”.
La medianoche se asomaba en el Ramón Collazo y era el turno de Troyanos que en su segundo año presentan su espectáculo con un hilo conductor basado en una familia “tipo”. La cual enfrenta las complicaciones cotidianas y busca en un cuento la magia y la manera de resolver o entender que hay cosas muy valiosas, en este caso un abrazo. Lazos que se encuentran y vínculos que se solucionan con una cuota de amor.
Revista Saphirus tuvo la responsabilidad de cerrar la etapa con su espectáculo «Monemvasia» (retazos del corazón)
La construcción artística y humana que les llevo a construir el espectáculo partió de una idea más que nada que lleve a los niños y jóvenes del conjunto a que pudieran involucrase en ella, opinar y construir vínculos entre los mismos.
Así el hecho generador de la historia, un menor infractor Jonathan González, que tiene como mira un robo a una chica de una compañía de teatro musical. .
El tema de la minoridad infractora, que es un flagelo que acecha desde hace tiempo, abarca las consecuencias que de ello se disparan, y nos hace convivir día a día con ese tema.
El mecanismo de trabajr entre todos, obligó también a los técnicos, a un trabajo unido, en conjunto, y también escuchar y tener como colaboradores a ex componentes, para dar esa visión actual de la juventud y la niñez, esa mirada más cercana.
Saphirus decidió contar no sólo esta historia, sino trabajar desde ese concepto del tolerar al otro, de comprenderlo, pese a los prejuicios y los miedos.
Dialogamos con Milu Gonzalez luego de la actuación y mencionaba lo siguiente acerca de las sensaciones que les dejo la primer pasada “Fue una pasada muy esperada para nosotros, venimos desde mayo preparando este espectáculo y que ya haya llegado el día para presentarnos para nosotros fue único, a pesar de los pequeños errores que tuvimos nos bajamos muy felices”