Los diferentes espectáculos que muestran noche a noche los conjuntos del Carnaval de las Promesas en el Ramón Collazo, gozan de una gran calidad artística, y la etapa del domingo no fue la excepción con las actuaciones de Mano a Mano, Chiflados, Imagine y Adrenalina.

Foto: @LeoCarnicelli

Los gurises de la murga Mano a Mano habían quedado con la sangre en el ojo tras la suspensión de la etapa cuando ya habían cantado su presentación. Pero esta vez, el clima no impidió que muestren completamente su espectáculo «En qué fallamos», donde los niños interpretan y representan todas las situaciones cotidianas, pero también van a fondo con los temas más sensibles que afectan al país y buscan averiguar cuál es la falla para solucionarla.

La actuación le pega a todo lo que se mueve y pasea por tópicos tales como las maestras que les ponen bajas calificaciones, las abuelas que aprietan los cachetes de sus nietos, los meticulosos puestistas en escena que reparan en los más mínimos detalles, y por último guardan un especial lugar para hablar de los fallos de las promesas pero emulando a sus padres que, en algunas ocasiones, los sufren más que los propios concursantes.

A segunda hora llegó el turno para los humoristas Chiflados que escenificaron un crucero bastante particular y loco sobre las tablas del Teatro de Verano. Incluso sin siquiera haber zarpado el viaje, el espectáculo derrochó situaciones de humor que presagiaban una travesía a pura risa.

La capitana del crucero, una pequeña pero muy exigente niña, llevó el hilo conductor del espectáculo y sacó canas verdes de tanto rezongar a la tripulación y pasajeros que se las ingeniaron para generar un gran descontrol y caos cada vez que se les presentó la oportunidad.

En tercer lugar, la escena se convirtió en la historia de «La Bella y la Bestia», de la mano de los parodistas Imagine y su particular actor principal que lo obligaron a hacer de Bestia, aunque él había manifestado que quería hacer la parodia de Hércules.

En esta edición de la historia, Bella, una muy cómica «china de campo» (por su forma de hablar), tuvo que lidiar, además de la Bestia, con otro pretendiente que intentó incansablemente conquistarla y sin querer puso en peligro el objetivo de todos de romper el hechizo antes que caiga el último pétalo de la flor.

El cierre de la noche estuvo a cargo de la revista Adrenalina, que presentó la historia de una familia que constantemente se muda de domicilio debido al empleo del padre. El relato se centra en la «Ciudad Puntaje», donde cada uno recibe y otorga una puntuación al resto de los ciudadanos.

La niña de la familia se ve en la encrucijada, junto a su hermano, de tener que vivir en una constante actitud de fingir frente al resto para causar una buena impresión y obtener un alto puntaje para lograr ser aceptados en una sociedad bastante particular que se rige por cuestionables valores.

La revista se las ingenia para tocar muchos temas en la actuación, como la falsedad en las personas, la popularidad entre los jóvenes y los medios que utilizan para alcanzarla, y los valores familiares muchas veces amenazados, entre otras situaciones que generan la reflexión en el público.