Luis Suárez y Lionel Messi le dieron otra victoria a Barcelona, que derrotó 2-1 a Alavés por la fecha 21 de La Liga, durante este domingo en el Camp Nou.

Las palabras sobran a la hora de referirse a este par de bestias, dos seres que han dejado huella no solo en Barcelona, sino también en la historia del fútbol español.

Están en todo momento, pero cuando el zapato aprieta y las alarmas comienzan a sonar, la intensidad de ambos se eleva a niveles estratosféricos y el rival lo termina pagando. 

La historia no comenzó con buen pie para el elenco culé, porque John Guidetti se encargó de abrir el marcador a favor de Alavés (23′), conjunto vasco que pelea por mantener la categoría. Como de costumbre, Barcelona era el dueño del balón; pero el equipo visitante supo capitalizar una de sus chances para lastimar.

Durante el complemento, la entidad blaugrana movió sus piezas, mediante los ingresos de Sergi Roberto, Jordi Alba y Paco Alcácer. Este último sustituyó a Philippe Coutinho, quien había tenido sus primeros minutos con la casaca azulgrana en el partido ante Espanyol.

Todo equipo de fútbol está obligado a alinear 11 jugadores; pero Ernesto Valverde cuenta con dos dirigidos que se multiplican, gracias a ese potencial que poseen, adquirido dentro del potrero rioplatense, tierra sagrada que ha dado a este deporte una enorme cantidad de talentos.

Suárez y Messi, la dupla más explosiva de los últimos tiempos, se encargaron de darle el triunfo a Barcelona en tan solo 12 minutos. Primero apareció el uruguayo tras ser asistido por Andrés Iniesta (72′), luego, el petiso de Rosario bajó el telón con su conquista (84′), como lo hizo en el último partido de Copa del Rey o durante la pasada jornada de Liga frente a Real Sociedad, en San Sebastián. 

Uruguay y Argentina, dos naciones que son separadas por un hilo de agua pero que comparten un montón de características, como el fútbol. Esta última fue la excusa perfecta para Barcelona, que unió a los dos mejores jugadores de este rincón sudamericano, para hacer delirar a esas almas europeas sedientas de fútbol. Que pase el que sigue.

(Por Aldo Mattos)