La penúltima noche de la primera rueda, que por ahora no tuvo ninguna suspensión, contó con las actuaciones de Tabú, Araca la Cana, Momosapiens y La Gran Muñeca.

Foto: Yohana Parodi

La novena etapa en el Teatro de Verano la abrió la revista Tabú con su espectáculo «Decisiones», que recorre distintas situaciones de la vida cotidiana con una historia de amor como hilo conductor donde Cynthia Patiño y Mariana Escobar, junto a Clara Cristóbal, son las protagonistas de cada escena entre los distintos bloques de la actuación.

El conjunto mostró un sólido y dinámico espectáculo que contó con grandes performances tanto de su cuerpo de baile que ejecutó muchísimos ritmos (alrededor de 14), como del coro y las solistas Lorena Ifrán y Marhiel Barboza que tuvieron una excelente noche para redondear un muy buen pasaje de Tabú por la primera rueda.

A segunda hora le llegó el turno a la murga Araca la Cana, que se paró «En la vereda de enfrente» para, fiel a su estilo de toda la vida pero en la búsqueda de una nueva versión aggiornada a los cánones que rigen a las murgas en la actualidad, se paró firme y pegó mucho y para todos lados.

Los dirigidos escénicamente por Jorge Velando buscaron, ya sea por la vía de la crítica directa e interpelante o por medio de la ironía y el humor, criticar a lo largo de toda su actuación. Un popurrí bien politiquero con su estribillo pegadizo y las clásicas cuartetas, una asamblea de vecinos «más unidos que nunca», y el cuplé de las focas (parte en la que más se apuesta al humor), fueron los distintos bloques que presentó el conjunto de José María «Catusa» Silva para cerrar antes de la despedida con una canción sobre la violencia que dejó el mensaje de «por la vida canta Araca».

El tercer conjunto en subir al Collazo fue parodistas Momosapiens, que presentó las parodias de Giacomo Casanova, Washington «Canario» Luna y La sociedad de los poetas muertos, en un espectáculo que marcó claramente cuáles eran las intenciones de cada bloque, más allá del característico humor durante toda la actuación del conjunto de Horacio Rubino, que siempre le imprime una gran cuota de comicidad a todas sus presentaciones; y esta no fue la excepción.

Tanto en la primera parte que apostó exclusivamente al humor, como en la segunda donde se buscó también la reflexión y la emoción, y en la tercera que apuntó a dar un mensaje a la sociedad sobre la educación, se lograron los objetivos que se trazaron a nivel de respuesta del público. Un excelente pasaje de «Los Momo» por el escenario mayor del carnaval uruguayo y se paran firmes para dar la pelea al resto de los candidatos.

El broche de oro de la jornada estuvo a cargo de la murga La Gran Muñeca que llegó para traer «Murga, Fiesta y Carnaval» y desplegar varios de los mejores momentos que quedarán marcados en el concurso de este año de un espectáculo que fue creciendo a lo largo de los 45 minutos hasta terminar en su punto más alto.

Los murguistas se plantean formar un gremio para aglomerar todas sus quejas con muchísimo humor que generó las carcajadas de la platea. Luego, quizás en el momento de mayor resultado del espectáculo, llegó el turno de que los políticos rindan cuentas y se presentó cada componente con un títere de un integrante del gobierno para interpelarlos y poner sobre la mesa los principales temas políticos de la actualidad con el estilo característico de esta murga.

Un bloque que arranca a hablar de los trabajos que no gustan y que son mal remunerados, se transforma, de una manera muy sutil y muy bien lograda, en una canción que habla de los acosos ya sean laborales, inconscientes, o de las parejas, donde el coro deja un profundo mensaje: «si no hay libertad, tampoco hay amor».

El cierre del espectáculo la murga lo aprovechó para pararse firme y lanzar una batería de críticas que refleja un claro estilo de intereses que tiene y que plantea hace varios años sobre los distintos temas. Ese mismo estilo marcado, fue el que desembocó en una hermosa retirada y la bajada que promete que, por más que se termine esta, ya vendrán otras fiestas para disfrutar.