El último rinoceronte blanco macho se encontraba en Sudán, contaba con 45 años y fue sacrificado este lunes, debido a que su estado de salud empeoró y ya no era capaz que mantenerse en pie.

Sus músculos y huesos se habían degenerado y su piel presentaba grandes heridas, incluyendo una profunda infección en su pata derecha trasera.

Esta muerte representa virtualmente la extinción de la especie ya que sólo existen hembras, aunque llegó a extraer material genético del animal para intentar reproducir la especie a través de genéticas avanzadas.

Sudán fue trasladado en 2009 a esa reserva keniata de 36.400 hectáreas, donde vivía acompañado de Najin (su hija) y Fatu (su nieta), las dos únicas hembras de su subespecie que existen, y que ahora constituyen los dos únicos rinocerontes blancos del norte que quedan.

Sudán nació en 1973 en Shambe, Sudán del Sur, en una época en la que quedaban unos 700 ejemplares de su especie, según AFP. Evitó su muerte al ser trasladado junto a otros seis ejemplares al zoológico de Dvur Kralove de la entonces Checoslovaquia. Allí logró reproducirse y engendró dos hembras, Nabire, que murió en 2015 en el zoo checo, y la mencionada Najin, con la que vivía en Kenia.

En 2009, Sudán, su hija Najin y otros dos rinocerontes fueron trasladados desde el zoo Dvur Kralove a la reserva keniata con la esperanza de que se reprodujeran en este hábitat natural. Se aparearon pero no tuvieron descendencia. El otro macho, Suni, murió en 2014 por causas naturales.

 

(Fuente: El Mundo)