La apicultura uruguaya enfrenta hoy un problema enorme. “Hay 7.000 toneladas de miel stockeadas en los galpones de los productores. Son 7.000.000 kilos, que a un promedio de U$S 2,40 a U$S 2,50, significan U$S 20 millones que los productores no han recibido el dinero, y que la tienen en sus galpones”, enfatizó a EL TELEGRAFO el secretario de la Sociedad Apícola Uruguaya (SAU), Alfredo Aguilera.
Remarcó que ese dinero “no solo no entró a los apicultores, sino también al país”, pero aclaró que “hay mucha miel que no tiene problema con el glifosato, pero es tanta la miel en el mercado mundial, que bajaron los precios y nos quieren comprar la miel a precios mucho más bajos que los costos de producción. Y estaríamos perdiendo muchísimo dinero al venderla a ese precio”.
Lo concreto, de acuerdo con lo expresado por Aguilera, es que “Alemania rechazó la miel uruguaya. En algunos tambores se encontraron unas partes por millón mayores a las permitidas por ese país”.
“Hemos escuchado varias versiones sobre el tema y queremos hacer algunas aclaraciones”, dijo el secretario de la SAU. “Se ha hablado de miel contaminada y se ha hablado de veneno. Lo que queremos aclarar es que el glifosato como tal, es utilizado en todo el mundo, y tiene autorización para ser parte de los alimentos”.
Explicó que en Europa “tiene determinados límites, que son 50 partes por millón, y las mieles uruguayas superaron ese límite y por eso fueron rechazadas”.
También aclaró que la miel uruguaya “es una de las mejores del mundo, y el hecho que tengan un poco más de parte por millón que es una ínfima medida en su composición, no significa que no pueda ser consumida, sino todo lo contrario, estamos consumiendo uno de las mejores mieles que se producen en el mundo”.
Y acotó que “si no hubiera los stocks de mieles en el mundo, la situación sería otra. Sobre stock generado por China que adultera determinados productos y los hacen pasar por miel y los triangulan por otros países, porque China no tiene permitido ingresar a Estados Unidos o Europa con sus mieles, justamente porque se sabe que son adulteradas”.
“Si no fuera por ese sobre stock, la miel uruguaya a pesar de tener un poco más de parte por millón, sería comprada igual”, entiende Aguilera.
Para el productor y dirigente de la SAU “es simplemente un tema de precio. Si nosotros la vendemos al precio que los europeos quieren comprar, la adquieren igual. El problema no es la parte por millón de glifosato que tienen, el tema es el precio”. Incluso especificó que “es un tema de plata y no de salud humana. Es una medida para arancelaria como tantas que aplican los europeos para comprar los productos más baratos”.
Solución
Para solucionar esto, repitió palabras del director de Medio Ambiente, Alejandro Nario, quien sostuvo recientemente que “Uruguay tendría que pensar en cambiar el modelo de producción agropecuaria y pasarse a otro modelo que no sea tan contaminante”.
Para Aguilera, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca y el de Salud Pública “tendrían que comenzar a trabajar en ese sentido. Cuando se pretende llegar a determinados mercados, siempre nos van poner un pero porque todos los países tratan de cuidar su producción y no comprar afuera. Nos pasa ahora con la miel y en otro momento con otras cosas”.
Según el dirigente, “hay otra realidad. Si China no vendiera tanta miel que no es miel, y no hubiera miel en el mercado, la producción uruguaya estaría colocada hace mucho tiempo”. Además, Aguilera sostuvo que “también se debe mejorar mucho el mercado interno, porque se consume muy poca miel en Uruguay”.
Agroquímicos
El secretario de la SAU sostuvo que “el gran problema que tenemos son los agroquímicos. Tenemos una importante mortandad de colmenas anualmente y que ha aumentado en la medida de la utilización de agroquímicos. Pero no solo las colmenas se mueren, sino que las abejas bajan su resistencia y pierden una cantidad de defensas”.
Expresó que “hay bastante glifosato sobre muchas hectáreas de campo y las abejas quedan sin comida. Cuando hay plantaciones mono poliflorales, las abejas solo pueden comer un solo tipo de polen, y utilizar un solo tipo de néctar, lo que hace que baje mucho su defensa”.
Además, indicó que el uso de los agroquímicos “da lugar al ingreso de enfermedades que no entrarían si las abejas estuvieran con otras fortalezas, y para los apicultores es un problema enorme, el modelo aplicado en los últimos 15 años y que provoca estos problemas que además generan bajas producciones”.