Cada 14 de junio se conmemora el Día Mundial del Donante de Sangre Voluntario. En 2017, la sede de Montevideo del Servicio Nacional de Sangre recibió unas 13.000 donaciones efectivas y el Hemocentro Regional de Maldonado unas 16.000, tanto de sangre como de un componente puntual de esta, las plaquetas.
Hay tres tipos de donantes: voluntarios, pertenecientes a una organización solidaria y de reposición. El donante voluntario es el que se forma en la actitud de donar, pensando en que hay otra persona que lo necesita. En forma periódica (una o dos veces al año) concurre a donar al centro en que se haya fidelizado, puede ser el Servicio Nacional de Sangre u otra institución de salud.
El donante que integra una organización solidaria es parte de un grupo (centro religioso, educativo, sindicato o empresa) que toma la donación como una actividad por desarrollar (reciben charlas e información y luego realizan jornadas de vacunación). El donante de reposición es quien concurre a hacerlo cuando alguien se lo pide.
En entrevista con la Secretaría de Comunicación Institucional, Viano explicó que de una unidad de sangre se obtiene el máximo de hemocomponentes posibles: glóbulos rojos (o sangre desplasmatizada), concentrados de plaquetas y plasma. Aclaró que todos tienen funciones diferentes y un tiempo de sobrevida distinto fuera del organismo. Se estima que con una donación de sangre se puede salvar cuatro vidas.
“El donante viene y nos da lo mejor de sí, parte de sí. Nosotros somos responsables y obtenemos el máximo que se pueda de esa unidad de sangre para aportarlo a la comunidad que lo requiere en ese momento”, señaló.
Los glóbulos rojos duran unos 42 días a cuatro grados y son los encargados de transportar el oxígeno a los diferentes tejidos, se emplean en personas con una anemia aguda a consecuencia, por ejemplo, de una intervención importante o de un accidente al dañarse un órgano muy irrigado.
También se utiliza en personas con enfermedades que llevan a que no produzcan muchos glóbulos rojos (pueden recibir varias transfusiones en el año). En tanto, los concentrados plaquetarios son de poco volumen pero imprescindibles en pacientes con tratamiento de quimioterapia.
El plasma (la parte líquida de la sangre) es agua con proteínas y factores de la coagulación; dura un año congelado. Solo un 27 % de lo que se obtiene se utiliza para transfusión. Por ello, Uruguay firmó un convenio con Argentina hace más de 35 años, para la producción de hemoderivados (albúmina, inmunoglobulina y factor 8 de coagulación), los que se producen en la Universidad Nacional de Córdoba y luego se traen al país.
A quienes requieren un recambio de plasma por ser nocivo para su organismo, se les reemplaza con solución de albúmina, a quienes tienen problemas de inmunidad se le suministra inmunoglobulina y en pacientes con hemofilia se utiliza el factor 8 de coagulación, para evitar que sangren demasiado, relató Viano.
Los requisitos para poder donar son tener entre 18 y 65 años, pesar más de 50 kilos, no estar recibiendo un tratamiento de medicamentos por alguna infección y no haber padecido hepatitis luego de los 10 años de edad. En el caso de algunas enfermedades que son crónicas (hipertensión, por ejemplo) se debe valorar junto con el promitente donante si puede serlo. Para conocer el estado, a cada voluntario se le realiza una entrevista y examen físico al ingresar como donante.
Los espacios de donación de las instituciones suelen funcionar en la mañana, hasta las 11:00 horas. El Servicio Nacional de Sangre lo hace, además, en la tarde, entre las 14:00 y las 18:00 horas.