Hacen Máster Plan para ciudad deportiva en torneo al Campeón del Siglo

Los tres sectores con representación política en el Consejo Directivo de Peñarol están de acuerdo en desarrollar un megaproyecto para construir la Ciudad Deportiva del club en un amplio predio lindero al estadio “Campeón del Siglo”.

El terreno de alrededor de 20 hectáreas, situado sobre el camino Siete Cerros detrás de las tribunas Washington Cataldi y José Pedro Damiani será adquirido con los 310.000 dólares provenientes de la venta ya concretada al colegio y liceo Elbio Fernández del predio donde se encontraba la antigua sede aurinegra, con frente por la calle Maldonado, fondo a Durazno, y salida lateral a Carlos Quijano.

“Yo diría que ya es un hecho, en el corto y mediano plazo”, expresó Ignacio Ruglio a “La Oral Deportiva”, agregando que “entre todos los grupos (oficialismo, Movimiento 2809 y Sentimiento 1891) ya estamos trabajando para delinear el master plan, porque hay voluntad política para concretarlo, que es lo más importante; Peñarol no tuvo nunca una política definida en ese plano”.

Incluso, el dirigente reveló que “hay grupos asiáticos interesados” en la iniciativa, por lo cual no sólo el presidente Jorge Barrera y el vice Rodolfo Catino han entablado un vínculo oficial con autoridades del gobierno y la embajada de China en Montevideo: “Yo también viajé allá a ver estas cosas y ellos están dispuestos a invertir en fútbol sin otro objetivo que el de obtener intercambios culturales”.

El consejero aurinegro es un punto de referencia en la materia, porque no se adjudica la paternidad del proyecto, y ni siquiera participación preponderante respecto a sus pares en el impulso por llevarlo adelante, pero –como señaló- “es mi viejo sueño, por el cual en los últimos años me he dedicado a viajar y mirar ese tipo de lugares que en todas partes del mundo tienen los clubes que han apuntado a cosas grandes”.

Además, Ruglio celebra “el acuerdo de todos los grupos” políticos de Peñarol, porque desde hace mucho tiempo a esta parte ha sido crítico del enfoque que anteriores consejos directivos han tenido en ese plano: “Los Aromos es una concentración de menos de dos canchas, porque tiene una sobre la ruta que es chica, y si la otra de más al fondo se emplea mucho, no se puede seguir utilizando”.

Tan es así que, quien en las últimas elecciones fue candidato a presidente por la lista 1891, no esconde su pensamiento de que “durante muchos años hemos dado grandes ventajas; basta con decir algo que se lo he escuchado a todos los técnicos que pasaron por Peñarol en los últimos diez años: ‘¿Cómo puede ser que la cancha del frente de Los Aromos no tenga una pared que la separe de la calle…?’; la gente pasa, ve y les grita a los jugadores que están entrenando”.

Ruglio no desconoce que Peñarol ha hecho esfuerzos como el de la construcción del Centro de Alto Rendimiento en Solymar, pero explica que “al ser una zona de mucha arena, por lo general las canchas no están en la forma más adecuada”; y agrega que, si bien es cierto que “también tenemos Las Acacias, ya no existe en ninguna parte del mundo que un club tenga lugares de entrenamiento diferentes, con costos de mantenimiento y de seguridad diferentes, en vez de tener todo centralizado”.

Recorriendo la infraestructura deportiva de muchos grandes clubes del mundo, precisamente, el consejero aurinegro llegó a la conclusión -por ejemplo- de que “en las ciudades deportivas donde entrenan todos los planteles, desde el principal hasta los de divisiones formativas, se aprecia que el hilo conductor es la convivencia cotidiana en un mismo lugar de trabajo; los jugadores jóvenes se ven con los mayores y los técnicos pueden intercambiar información en forma diaria, todo lo cual hace que el ascenso de juveniles sea mayor y que el sentido de pertenencia de éstos sea más grande”.

“Hay clubes que en su Ciudad Deportiva tienen un callejón donde dejan impresos en las paredes los nombres de todos los jugadores que llegaron desde las formativas al primer equipo”, cuenta el directivo aurinegro, y reflexiona que “eso da ganas de crecer, porque si el juvenil está a sólo cientos de metros de donde entrena el primer equipo, inevitablemente está mirando y sintiendo que algún día quiere llegar ahí; además de que a veces un jugador del Primero puede caminar unos pasos e ir a ver a un joven para motivarlo”.

Esa proximidad –hizo notar el dirigente- “también genera que cuando termina la jornada de trabajo, el entrenador de Primera División está muy a mano de los técnicos de las formativas para elaborar estrategias en común, algo que resulta difícil hasta por razones de tiempo si uno está en Los Aromos, otro en el Campeón del Siglo, otro en Ciudad de la Costa, y otro en Las Acacias”.

Ruglio admite que “muchos me han visto como un soñador”, y sabe que “hay gente que puede pensar que tener una Ciudad Deportiva no hace que la pelota entre al arco”, pero dice que “esto, justamente, quizá es el diferencial para conseguir ese punto de menos por el que no clasificamos en la Libertadores, porque tal vez la diferencia se hace en la sumatoria de las pequeñas cosas diarias”.

En ese aspecto, el consejero aurinegro revela que una de las facetas que caracteriza a su sueño de la Ciudad Deportiva de Peñarol no sólo ha sido la de visitar ese tipo de instalaciones en el mundo entero, sino también la de comunicarse con ex técnicos y futbolistas de Peñarol que están en el exterior para preguntarles “por qué hoy los planteles desayunan y almuerzan cada vez más adentro de las concentraciones, cuando hasta no hace mucho entrenaban dos o tres horas y enseguida se iban para sus casas”.

“En estos días que el Mundial está tan de moda, uno ahí nota más que el fútbol de alto nivel se ha transformado en algo muy físico, y que todos los países han mejorado mucho la técnica, pero más en ese plano, que es en eso donde se emparejaron”, comenta el líder de “Sentimiento 1891”, lo que lo lleva a señalar que “en un juego que se ha vuelto tan físico, cuando visito la infraestructura de los grandes clubes lo primero que pido para ver son los gimnasios, y he visto que como mínimo tienen 10 caminadores, 10 juegos de bicicletas, y un lugar de 200 metros cuadrados para trabajar esa parte, mientras que nuestro gimnasio en Los Aromos tiene ocho metros por ocho metros como máximo, y nos faltan una buena cantidad de caminadores, bicicletas, y de ese tipo de aparatos”.

Justamente, es por la experiencia recogida en sus viajes que Ruglio tiene la firme convicción de que todo eso está estrechamente vinculado con los resultados que después se consiguen en la cancha.

“Corintihians, por ejemplo, tiene un lugar de cuatro habitaciones que llaman el Centro de Inteligencia Corinthiano, donde hay media docena de empleados mirando videos de todo el mundo durante todo el día: no sólo ven a los futuros rivales, sino a otros equipos, cómo se comportan cada uno de los árbitros que pueden dirigir a Corinthians, jugadores que pueden ir a buscar en algún momento, y sacan jugadas preparadas para copiarlas”, reveló el consejero aurinegro, explicando que “dos o tres veces por semana, después que termina la práctica, el técnico del plantel principal va y le muestran los datos más interesantes que encontraron, por ahí hasta jugadas de equipos de otras partes del mundo que puede copiar para llevarlas a la práctica y capaz que le destraban un partido cerrado”.

Por lo observado en sus visitas a los complejos deportivos del Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Espanyol de Barcelona, Paris Saint Germain, Boca Jrs., Corinthians, y el Shanghai Shenhua cuando al equipo chino era dirigido por Gustavo Poyet, aparte del “Uruguay Celeste”, el dirigente tiene muy claro que “nadie puede pensar que la Ciudad Deportiva de Peñarol se va a construir en seis meses”, porque –por ejemplo- “la de Real Madrid tiene unas 10 canchas de césped natural, otras cuatro de césped sintético y hasta un mini estadio donde juegan los equipos de formativas”, pero dice que “aún yendo de a poco, según los recursos con los que se va contando, los dirigentes tenemos la obligación de poner la vara siempre alta”.

Así, considera que “es posible dejar arreglado el master plan ahora, ir construyendo canchas y gimnasios según los recursos con los que se pueda ir contando, porque a medida que todo se vaya centralizando en el ‘Campeón del Siglo´ se pueden ir vendiendo Los Aromos, el CAR y Las Acacias, y tener la Ciudad Deportiva totalmente concretada en cinco, 10, o tal vez 15 años. ¿Qué son en la vida de un club como Peñarol? ¡Nada!”.

Es más, el consejero aurinegro confió a “La Oral Deportiva” que “el mejor complejo que ví fue el del Real Madrid, y el mejor de América es el de Corinthians en San Pablo”, pero precisó que “tampoco es necesario mirar tan para arriba; las dos veces que fuimos a jugar por la Copa a Tucumán, el equipo entrenó en las instalaciones de San Martín, el tradicional de Atlético, que tiene seis canchas, dos de las cuales son para el plantel principal y cuatro para las formativas, además de gimnasio, y canchas de tenis, rugby, hockey y basquetbol, y es un club de la ‘B’ en Argentina, que recién va a jugar en Primera este año”.

Eso sí, personalismos a un lado, Ruglio tiene otro sueño paralelo al de la Ciudad Deportiva de Peñarol: “Me gustaría que se llame Néstor Goncalves, el jugador más ganador de la historia de Peñarol; sería un justo homenaje”.

 

(Por Jorge Sabia – La Oral Deportiva)