Los internos reclaman más horario de visita, más teléfonos públicos y que se permita el ingreso de alimentos por parte de sus familiares.

Desde el Ministerio del Interior se negó que se tratara de una huelga de hambre. Desde la Unidad de Comunicación del Ministerio se señaló que no se habían levantado solamente tres de los desayunos de los ocho módulos que tiene el penal y eso, explican, indica que los reclusos tienen acopio de la comida del fin de semana.

Sin embargo, familiares de los reclusos sostienen que efectivamente comenzó una huelga de hambre y que tanto en el desayuno como en el almuerzo, los presos mantuvieron la medida.

Los reclamos tienen que ver con la prohibición, reciente, a los familiares de entrar comida traída de sus hogares. Los familiares, dice el Ministerio del Interior, tienen la posibilidad de comprar en un supermercado ubicado en el penal con ese fin, pero afirman que los precios son muy caros.

Por otro lado se reclaman más teléfonos públicos dentro de la cárcel. Los reclusos tienen dos teléfonos para comunicarse por módulo para más de 150 reclusos. Eso hace que hayan disputas por el tema.

También se piden más horas de visita. En la actualidad, las horas de visita de familiares están circunscriptas a dos horas los domingos.

Este martes, Juan Miguel Petit, comisionado parlamentario para el sistema carcelario, visitará Punta de Rieles para conocer de primera mano cual es la situación.

Mientras tanto Petit refirió a la situación en los siguientes términos:

 

 

El Ministerio del Interior emitió un comunicado sobre esta situación en la que explicó lo siguiente:

                                                Sobre la situación de la Unidad Nº 1 Punta de Rieles

A partir de la pasada jornada, internos del establecimiento penitenciario que funciona por régimen de participación público privada (PPP), se negaron a recibir los alimentos como medida de protesta.

La principal reivindicación de los internos refiere al régimen de funcionamiento de la unidad que cumple con estándares internacionales y aplica un régimen de privación de libertad donde la excepción es el encierro y la regla, el cumplimiento de actividades laborales, culturales y educativas.

El modelo de participación público privada confiere al concesionario la alimentación y mantenimiento edilicio mientras que el Estado atiende la seguridad, los programas de rehabilitación y la atención sanitaria de los internos.

En esta oportunidad el reclamo se produce por la aplicación de restricciones al ingreso de alimentos por parte de los familiares en una medida que pretende eliminar todo riesgo en el ingreso de materiales prohibidos que afecten el normal funcionamiento del establecimiento al tiempo que procura evitar a las familias un costo innecesario sobre insumos que provee el sistema.

Las comidas diarias que se ofrecen (desayuno, almuerzo y cena) están monitoreadas por nutricionistas y contemplan una dieta balanceada que ha recibido informes favorables de especialistas del MSP.

Actualmente, los internos se han plegado (con algunas excepciones), y por estas horas las autoridades de la unidad penitenciaria han recibido -de los que participan de la medida- pedidos de compra de alimentos que se expenden en el propio establecimiento.