Aldo Silva: Como todos los viernes a las 8:00 en Fuente Confiables, por 970 Universal, presentamos el espacio de análisis y encuestas de Factum. Hoy, el politólogo Oscar Bottinelli, director general del Factum, analiza “Los diversos juegos de poder en el oficialismo”
OAB: Johann Sebastian Bach por las noches escribía sus composiciones a la luz de la luna, y si no había luna, lo hacía a la luz de una vela. Hace tres siglos. Quizás como nostalgia de aquella época, este análisis lo preparamos a la luz de una vela. Este dato sirve para marcar un nubarrón que pesa sobre el oficialismo: tres cortes de luz en unas pocas semanas, en una zona muy populosa de Montevideo, cada vez más frecuentes y prolongados, constituyen una amenaza para el humor de la gente. Y las explicaciones dadas por las autoridades, lejos de mitigar ese malhumor, lo aumentan. Es que el más elemental manual de comunicación política sugiere que no se le puede decir a los afectados que en verdad son víctimas de estar por debajo del promedio; de un promedio del que se excluye por ejemplo el incendio de una subestación. Coincidentemente, los apagones se ensañan sobre el sector de la población en que décadas atrás fuera dominante el frenteamplismo, y en el cual hoy crece la desilusión y el descreimiento.
Para un Frente Amplio firme defensor de las empresas públicas y los monopolios estatales, no es buena señal que se haya destruido la imagen de Ancap y comience a afectarse la imagen de UTE. Ambas fueron dos de las cuatro instituciones de propiedad estatal de mayor prestigio sostenido a lo largo de las décadas.
AS: Tú hablas de oficialismo
OAB: Hablamos de oficialismo y no usamos la expresión Frente Amplio, para ser más abarcativos, más amplios. Por oficialismo entendemos el gobierno nacional y los diferentes sectores de administración incluyendo la autónoma y la descentralizada, la bancada mayoritaria del Parlamento, la estructura del Frente Amplio, los grupos políticos que componen el Frente Amplio y los aspirantes presidenciales. Para ser completo el círculo, habría que incluir a la corriente dominante en el movimiento sindical, afín al oficialismo, que influye de manera decisiva en las decisiones de gobierno y con la que sintoniza en el gabinete el ministro de Trabajo Ernesto Murro.
En materia de aspiraciones presidenciales aparece una novedad estructural. En su historia, el Frente Amplio ha tenidos dos tipos de candidaturas presidenciales. Uno es el tipo originario primigenio: el candidato presidencial es alguien que está por encima de los sectores, que representa a todos y que refleja la síntesis del Frente Amplio y de los frenteamplistas. Este candidato es por definición un líder de todo el Frente Amplio y por ello no pertenece a ningún sector, no refleja exclusivamente a ninguno y como consecuencia todos tienen ven un cono de sombra en que no los refleja en su plenitud. Fue el caso de Liber Seregni en el nacimiento del Frente Amplio y en el duro periodo de la persecución y la salida a la democracia. Y fue posteriormente, ya a la luz del día y en etapa de bonanza política, el rol de Tabaré Vázquez desde que primero compite con Seregni, luego lo sustituye y finalmente alcanza el poder. Digamos que es el papel que cumplió como referente central del Frente Amplio en su primera presidencia.
AS: ¿Y cuál es el otro tipo?
OAB: El otro tipo es el de los aspirantes o candidatos presidenciales sectoriales, que reflejan a una corriente del frenteamplismo. Esto aparece más tarde. Los casos más nítidos fueron los de Danilo Astori, en torno del cual se construyó el Frente Liber Seregni, y el de José Mujica, en torno de quien se conformó el Espacio 609 y una gran corriente en la que confluyeron la Lista 711 de Sendic y el Espacio 1001. En ese rol de candidato que expresa una corriente lo fue Constanza Moreira, que en 2014 desafió a Vázquez y al establishment frenteamplista y construyó otra corriente política.
AS: ¿Y ahora qué pasa?
OAB: Ahora comienza a darse en el Frente Amplio un fenómeno típico de los partidos tradicionales, pero más específicamente del modelo a partir del ultimo tercio del siglo XX. Es el caso de quienes aspiran a la candidatura presidencial y a partir de esa candidatura buscan apoyaturas y construyen su entorno. La candidatura no surge de una corriente o grupo pre establecido, sino que lanzada la candidatura pasa a buscar -y muchas veces a obtener- el apoyo de sectores y grupos pre existentes.
Estos son en el presente los casos de Daniel Martínez, Carolina Cosse, Mario Bergara y Ernesto Murro. Esto no quiere decir que estén huérfanos de apoyo, sino que no surgen de grupos organizados.
AS: ¿Pero Daniel Martínez no es del Partido Socialista?
OAB: Correcto. Pero su candidatura no surge como un acto oficial de proclamación por parte del Partido Socialista, sino de un impulso en cierto modo extrapartidario, a sabiendas de que cuenta con el apoyo de los socialistas, a lo que ha sumado el de la Vertiente Artiguista, casi seguro el de Constanza Moreira y el de Darío Pérez. También Tabaré Vázquez fue afiliado al Partido Socialista y miembro de su Comité Central, pero su camino al liderazgo de la izquierda y la Presidencia de la República fue un impulso colectivo en que participó la amplia mayoría de los dirigentes y sectores del Frente Amplio.
Hoy Ernesto Murro, que no se encuentra habilitado constitucionalmente para ser candidato, a pesar de su inhabilitación continúa con sus aspiraciones e inicialmente cuenta con el apoyo personal de José Mujica, aunque no hay una definición clara ni del Movimiento de Participación Popular ni del Espacio 609. Sin duda, cuenta con importantes apoyos en el movimiento sindical, cuya línea política expresa normalmente en el gobierno.
Carolina Cosse por su parte fue impulsada el año pasado por Mujica y por Lucía Topolansky. Hoy suenan mucho rumores de apoyo en el entorno presidencial. Y no es nada menor que María Julia Muñoz, persona del riñón de Tabaré Vázquez, haya dicho que le gustaría Carolina Cosse como presidente de la República. De paso añadió para compañero de fórmula el nombre del prosecretario de la Presidencia de la República Juan Andrés Roballo, persona de gran amistad personal con Álvaro Vázquez, además de gran confianza de la primera dama, es un católico militante y bien visto por el Cardenal Sturla.
Finalmente Mario Bergara, que tempranamente señaló sus ambiciones presidenciales, ha preferido quedar en reserva, para el caso de que Danilo Astori desistiese de ser candidato presidencial. El tema es con qué apoyos cuenta, dado que hoy por hoy, de desistir Astori, la mayoría del Frente Liber Seregni al que pertenece mira con simpatía la candidatura de Daniel Martínez.
Por supuesto que en materia de candidaturas, la incógnita, la figurita difícil para completar la colección, es qué va a hacer José Mujica y que quiere decir su renuncia al Senado que hará efectiva el 14 de agosto.
AS: ¿Cómo se ve, hay candidatos por un lado, sectores por otro y un juego dinámico?
OAB: El juego es muy dinámico. Como grandes corrientes de poder, de influencia o de opinión se observa al mujiquismo, el astorismo, el naciente danielismo y también se percibe la existencia de un tabarecismo.
Por fuera de estas grandes corrientes hay que anotar otras. Por un lado, el Espacio 1001, en proceso de reformulación, que cuenta como elemento central con el Partido Comunista y dos figuras que no constituyen un eje sino que expresan modalidades diferentes, como el secretario general comunista senador Juan Castillo y el líder sindical, ex-diputado y hoy figura mediática Oscar Andrade, conocido como “El Boca”.
Pero hay muchos grupos independientes. Uno, con representación parlamentaria, es el PVP, el Partido por la Victoria del Pueblo. Otros, también con bancas, son el grupo IR (Macarena Gelman), Rumbo de Izquierda (Marcos Otheguy), PAR (Cristina Lustemberg). Y varios que se han formado o se están formando en torno a jóvenes o a no tan jóvenes, disconformes con los espacios que abre el Frente Amplio y las políticas que lleva adelante.
AS: ¿Y cómo se dan estos juegos en estos días?
OAB: Unos son los juegos en torno a candidaturas y apoyos políticos. Pero otros son los juegos, que son en parte políticos profundos o ideológicos, y en parte electorales, que tienen como eje los tironeos político-económicos de estos días. En general una parte significativa del Frente Amplio juega a la expansión del gasto público, que cree necesario para la defensa de fuentes de trabajo y apuesta a que se defiendan las fuentes de trabajo sin afectar el mejoramiento del salario real. Por otro lado el equipo económico, cada vez mas en solitario, se alarma porque el déficit fiscal trepó al 4% del Producto Interno Bruto, lo que deja al Uruguay en el borde de perder el Grado Inversor y en la necessidad de recurrir a préstamos cada vez más caros.
Precisamente estos tiras y aflojes se dan en el marco de la discusión de la Rendición de Cuentas, es decir, la última ley presupuestal de este gobierno, y en el arranque de la ronda de Consejos Salarios de mayor impacto. El propio presidente de la República decidió jugar todo su peso en contra de Danilo Astori para obligarlo a no frenar el gasto público tanto como él considera necesario. Sin duda la defensa de fuentes de trabajo es un buen argumento, de fácil apoyo popular. Astori se encuentra con la dificultad de que no es nada popular predicar que no hay de dónde rascar o que es peligroso seguir pidiendo prestado, como ha hecho el Frente Amplio a lo largo de todos sus gobiernos, con el fin de impulsar el crecimiento económico y las políticas sociales.
Aquí compartimos el audio de la columna de Oscar Bottinelli: