Con Davis, pero sin Cousins ni Rondo, los Pelicans deberán reinventarse nuevamente para repetir la buena campaña del año pasado y lograr que “La Ceja” siga eligiendo a Nueva Orleans.
Es una obviedad decir que el presente y futuro de los Pelicans depende de Anthony Davis. Es uno de los jugadores más completos de la NBA (sino el más completo), totalmente dominante en ambos sectores. No hay ninguna falencia grande que se pueda destacar en él o un aspecto del juego a desarrollar, lo tiene todo.
Como cualquier estrella, Davis no sólo busca plata sino también títulos y para poder aspirar a uno debe estar rodeado de buenos jugadores. La principal preocupación de los Pelicans ha sido encontrarle la compañía necesaria a La Ceja para que se sienta cómodo y no termine pidiendo un traspaso (recién será agente libre en el 2021).
Junto a Cousins y Rondo armaron un Big Three muy interesante, que sumado al gran nivel mostrado por Holiday y la llegada de una tercera opción de gol consistente como Mirotic, llevó a los Pelicans a su mejor momento desde la llegada a la liga en el 2013, avanzando a semifinales de conferencia por primera vez en la historia. La grave lesión de Cousins mermó el poderío del equipo, con él en cancha podrían incluso haber llegado más lejos.
Ahora sin Rondo ni Cousins, uno en los Lakers y el otro en los Warriors, el dt Alvin Gentry debe rearmar el equipo nuevamente.
No tienen un base experiente para manejar los tiempos del partido como Rondo, que fue el mejor socio de Davis asistiendolo innumerables veces para que la estrella de los Pelicans rematará cerca del aro. Para sustituirlo tendrán dos opciones: apostar por un joven inconsistente como Payton o sacrificar a Holiday en la posición de base. La segunda opción no sería muy recomendable, ya que desgastarían mucho en la conducción a un jugador que ha demostrado ser letal anotando y jugando el uno contra uno.
Respecto a la salida de Cousins, es imposible disimular la falta de una estrella de este calibre y no hay nadie en el equipo puede reemplazarlo. Demarcus tenía además un plus: por su capacidad de jugar tanto cerca como lejos del aro podía complementarse bien con Davis. La única forma de que el impacto de su ausencia no sea grande, es encontrar vías de gol alternativas. Davis ya ha demostrado muchas veces que puede cargarse la ofensiva al hombro, pero si quieren aspirar a cosas importantes no pueden dejarlo sólo. Holiday debe mantener el gran nivel que tuvo en los playoffs pasados y Mirotic tendrá que seguir siendo la tercera opción de gol colocando triples cada vez que el equipo lo necesite.
Por último, los Pelicans han hecho dos apuestas arriesgadas incorporando a Julius Randle y Jahill Okafor. Ambos son talentosos pero muy irregulares, especialmente el ex Sixers y Nets que aún no ha despegado desde su llegada a la NBA y ha pasado más tiempo fuera que adentro de la cancha. Si están en buena forma, pueden aportarle mucha intensidad y gol en el juego interno.
Los Pelicans tendrán que volver a empezar y no será una temporada fácil luego de perder dos jugadores de primer nivel como Rondo y Cousins. Gentry deberá buscarle la vuelta y acomodar las piezas para acompañar a Davis de la mejor manera.
(Por Joaquín Paladino – La Oral Deportiva)