Cuatro abogados y dos escribanos, en nombre de ambos clubes, se reunirán por primera vez para transpolar el modelo argentino a Uruguay.

Seguramente, el martes 11 de setiembre de 2018 se convertirá en una fecha de referencia en la historia del fútbol uruguayo. Ese día cuatro abogados y dos escribanos se reunirán, mandatados por la Comisión Directiva de Nacional y el Consejo Directivo de Peñarol, para empezar a definir el proyecto de la Superliga. Ambos clubes grandes quieren impulsarla para que entre en vigencia antes del comienzo de la actividad oficial de 2019.

El encuentro no se llevará a cabo en ninguna de las sedes sino en el estudio jurídico de alguno de los profesionales involucrados: los abogados Gastón Tealdi, Juan Antonio Rodríguez y Gonzalo Moratorio por Peñarol, y los escribanos Guillermo Pena y Matías Améndola y el doctor Hernán Navascués por Nacional.

El trabajo para delinear el Estatuto y las bases de funcionamiento de la futura Superliga -o como se llame- del fútbol uruguayo no partirá de cero, lo que augura poco tiempo de poder. ser llevado a la práctica. “Como primer paso, vamos a estudiar la viabilidad de la Superliga en nuestro país, y para eso tomaremos como base la de Argentina, por cercanía regional. Los ejemplos de la Premier League de Inglaterra y LaLiga de España forman parte de realidades con las que, sobre todo en lo económico, tenemos diferencias sustanciales”, dijo a La Oral Deportiva el delegado de Peñarol ante la AUF, Gastón Tealdi.

Por su lado, Hernán Navascués comentó a este portal que lo que se procura es “ofrecerle seguridades” a los clubes profesionales. “Aquí se habla siempre de que el fútbol mueve mucha plata, pero nadie se fija en cómo se mueve esa plata, porque la realidad es que a los clubes profesionales entra menos plata de la que sale”.

En cualquier caso, la iniciativa apunta a la instauración de un esquema único, a semejanza de los vigentes en Argentina, Inglaterra o España: la Liga Profesional, una entidad con personería jurídica, estatuto y autoridades propias, que se maneje con independencia de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF).

Puesta al espejo del modelo argentino, la Superliga “criolla” tendría un presidente rentado y contratado por los clubes, que sería un profesional en marketing ajeno al mundo del fútbol y sin vínculos directos con ninguna de las entidades. En el caso de la vecina orilla, por ejemplo, ese ejecutivo es Mariano Elizondo, un especialista en administración de empresas que contó con el respaldo de los presidentes de River Plate y Boca Jrs, quienes de esa manera postergaron las aspiraciones de Marcelo Tinelli para postularse al cargo.

En la estructura, por debajo del presidente, estaría el Consejo de Liga, integrado por los presidentes de los 16 clubes de Primera División y cuatro de los 14 de la Segunda División Profesional, que será el órgano rector de todos los aspectos económicos, financieros y comerciales del fútbol local.

La Superliga -o la Liga Profesional- se encargará, entonces, de negociar los contratos de televisión y el streaming por Internet, tanto a nivel nacional como internacional, la publicidad y la venta de todos los productos que genere la actividad de entrecasa. Así, le pasará a la AUF un porcentaje de sus ingresos para que aquella se haga cargo del pago de los salarios y viáticos del personal de recaudación y los árbitros que participen en los espectáculos locales.

La AUF por su parte, mantendrá bajo su órbita, todo lo relacionado con la actividad de las selecciones nacionales, el fútbol amateur y el funcionamiento administrativo de los órganos de control del desarrollo de los torneos profesionales, tales como el Tribunal de Penas y el Colegio de Árbitros.

En el nuevo estatuto de la AUF que promueve la FIFA, la Asociación estará gobernada por el Consejo Ejecutivo, que estará conformado por siete neutrales, con la incorporación del presidente de la Organización del Fútbol del Interior (OFI) y una mujer en representación conjunta del fútbol femenino y el fútbol sala. La Asamblea de Clubes será sustituida por el Congreso que contará con 31 integrantes: 16 representantes de los clubes de Primera División, seis de los 14 de la Segunda División Profesional, seis correspondientes a la OFI, uno a la Segunda División Amateur (“C”), uno por el fútbol femenino, y el restante por el fútbol sala. Aunque seguramente en algunos de esos ámbitos, y de acuerdo al modelo de normativa exigido por la FIFA, también estarán representadas las gremiales de los jugadores, los entrenadores y los árbitros.

Por otro, mientras tanto, la Superliga -o Liga Profesional- será regida por el presidente, y el Consejo de Liga, que entre otros cometidos tendrá a su cargo la renovación del contrato de los derechos de televisión del fútbol local que Tenfield tiene hasta 2025, aunque desde hace tiempo varias instituciones pugnan por renovarlo antes, frente a la cerrada oposición ya expuesta públicamente por la Mutual Uruguaya de Jugadores Profesionales y los propios futbolistas referentes de la selección, liderados por Diego Godín y Diego Lugano.

 

(Por Jorge Savia – La Oral Deportiva)