Aldo Silva en Fuentes Confiables, entrevistó a Gustavo Leal, Director de Convivencia y Seguridad Ciudadana del Ministerio del Interior. Uno de los centros del diálogo fue el procedimiento llevado adelante en la Unidad Misiones luego de más de 100 días de trabajo. También el futuro de esta tarea, las consecuencias del mismo y qué se puede esperar de la actuación del Estado en casos como éste.

Compartimos algunas de las afirmaciones vertidas por Leal:

«El terror no era solamente que hayan desalojado a una persona,  sino que podían ir contra familiares que vivían en la zona. En varios casos lesionaron gravemente a las personas. Hubo homicidios.

Se quedaban con la vivienda y las pertenencias de las personas. Trasladaban las cosas de valor hacia otro lugar y luego las vendían.  Y el resto de las cosas las prendían fuego para que los vecinos vieran. 

Lo que cambió fue que los vecinos creyeron. Hubo un proceso de diplomacia importante. A mi me tocó convencerlos. Dar la cara.  Frente a una situación extrema de terror. El grupo actuaba con violencia inusitada contra los familiares.

Las próximas etapas pasa por varios ejes: una persecución judicial que va a implicar procesamientos de estas personas y terminar la reforma urbana que se hace en el lugar.

Fue poner un punto final por una situación de violencia en esa zona. El 23 de junio se hizo un censo en todas las viviendas. Hay un 38% de construcción adicional a lo original y eso avanzó sobre las calles que se transformaron en pasajes. El túnel del Estadio Centenario es más o menos igual de ancho que los pasajes de la Unidad Misiones.

En los vecinos había mucha angustia relacionada casi con la claudicación. Ahí aparece la posibilidad con el nuevo Código de Proceso Penal que es el sistema de protección de víctimas y testigos.

Hay un tema de miedo evidente, hay un tema de confianza en las instituciones, a veces no se denunciaba porque tenía miedo que se filtrara y que se supiera quien había denunciado.

Había algunas islas de lujo en condiciones que no tienen el promedio de las personas en el Uruguay.

Lo que puedo observar es lo extendido de la ilegalidad en esa zona. También el lujo en que vivían algunos integrantes del grupo delictivo en ese lugar.

A los denunciantes se los protegió antes de hacer los operativos.  No pueden utilizar las redes sociales. Se cambió de escuela o liceo a los hijos. Se les consiguió una nueva vivienda y trabajo.

La gente hoy tiene mejores servicios y calidad de vida, pero estamos en un momento de hacer un giro y cambiar el modelo de políticas sociales. Hay un núcleo duro de exclusión y pobreza y ahí hay que hacer un giro hoy.

La contundencia no tiene que ver con un despliegue masivo e irracional. Tiene que ver con un despliegue inteligente y que vaya a un objetivo. Al barrer es para la foto el primer día.

Entendemos que hay que ejercer la autoridad sin complejos, sin miedo, con mucha contundencia y con rigor. No es cierto que los grupos criminales no son sensibles al rigor. Quiere decir el ejercicio de la autoridad sin complejos.

Era el caso emblemático. Coincidió en forma pura, la decisión de un grupo criminal de hacer esto, un entorno urbano que lo favorecía y un proceso de exclusión sistemática de una parte de la población.

 

Aquí la entrevista completa: