Nuevo Estatuto: La preocupación no llegó a Bordaberry

Ignacio Durán, presidente de Rampla, invitó a sus pares a reunirse por el Estatuto, no le respondió nadie, aunque “FIFA no nos impone nada”, y “el 2 de diciembre es mañana”.

Pedro Bordaberry le pidió al Dr. Ignacio Durán que le hiciera “una puesta a punto de cómo veníamos con el tema del nuevo Estatuto a varios días de haber vuelto desde Paraguay” y, aunque el presidente del Comité de Regularización designado por la FIFA para la intervención de la AUF no pareció alterarse por lo que escuchó, el titular de Rampla Jrs. le confesó a “La Oral Deportiva” que -justamente como consecuencia del estado de situación descripto a través de su relato- “yo estoy muy preocupado”.

Es que el 18 y 19 de septiembre pasados, junto a Eduardo Ache, integrante de la Comisión de Gobernanza de la FIFA, y Fernando Goldie, miembro de la Comisión de Desarrollo de la Conmebol, Durán estuvoen Asunción con Bordaberry, Ignacio Alonso, y el presidente de Danubio, Dr. Leonardo Goicoechea, para sostener dos encuentros de gran importancia: “El primer día nos reunimos todos con Alejandro Domínguez, el presidente de la Conmebol; y en el segundo, Goicoechea y yo tuvimos una reunión entre abogados con juristas de FIFA y Conmebol, bajando al papel cuál sería el Estatuto ideal para la AUF”, recordó el titular de Rampla.

“Volvimos con mucho optimismo desde Paraguay, diciendo que nos teníamos que sentar a trabajar”, dijo el dirigente de los “picapiedras”, porque enfatizó que “ellos (FIFA y Conmebol) no nos conminaron a nada, no nos mandataron nada; nos dijeron: ‘Nosotros ahora les damos lineamientos, pónganse de acuerdo ustedes a nivel doméstico y después nos transmiten la idea’,ysólo nos pusieron el plazo del 2 de diciembre para conversar aquí (en Uruguay) sobre los puntos álgidos, que tampoco son tantos como se piensa: integración del Consejo Ejecutivo, cómo va a estar formado el Congreso, y qué voz y voto van a tener ahí los grupos de interés; o sea, los jugadores, los entrenadores y los árbitros”.

Sin embargo, la realidad -y la pantalla del celular de Durán- son un fiel testimonio de que hace pocos días el titular de Rampla Jrs. envió un mensaje al grupo de whatsapp que nuclea a todos los presidentes de los clubes de Primera División, invitándolos a “juntarnos cuanto antes porque se nos vienen los plazos”, y planteando que “cada club proponga un interlocutor para reunirnos todas las partes”, pero “no recibí respuesta de ninguno de los presidentes de los clubes que firmaron el recurso para ir al TAS; los de los que decidieron no apoyar ese recurso fueron los únicos que me contestaron”.

Ese es, pues, el mapa político que Durán le describió a Bordaberry, y que lo tiene “muy preocupado, porque hoy en día veo que hay una Asamblea muy quebrada entre los clubes que decidieron ir al TAS y los que no, y si seguimos así, el 2 de diciembre es mañana”; según el presidente de Rampla, “ese quebrantamiento(entre los clubes), no se está recomponiendo por ningún lado, porque seguimos priorizando lo político por sobre lo jurídico, en vez de penar que si no aprobamos el Estatuto, vamos a estar todos en un gran problema, con independencia de cuáles fueron al TAS y cuáles no”.

Incluso, el titular de los “picapiedras”, le transmitió ese pensamiento  Daniel Jablonka, presidente de Defensor Sporting, con quien “hoy estamos en veredas de pensamiento opuestas, pero tenemos una excelente relación; yo le dije: ‘Respeto el camino que están recorriendo, pero no lo comparto; creo que le están errando, porque si se siguen juntando ustedes por un lado y el resto por otro, no nos vamos a ponernos de acuerdo jamás, y cada vez se acortan más los plazos”.

En tal sentido, Durán volvió a hacer hincapié en que el formato del nuevo Estatuto de la AUF exigido por FIFA y Conmebol, no justifica que haya una diferencia insalvable entre las dos corrientes de clubes uruguayos: “En ningún momento, ni Alejandro Domínguez, ni Monserrat Giménez, la abogada de la Conmebol, nos dijeron ‘el Estatuto de ustedes tiene que ser así, su Estatuto tiene que ser éste’. Jamás lo dijeron. Sólo nos dijeron: ‘hay modelos que ustedes pueden imitar, pero si Uruguay considera que su Ejecutivo debe tener cuatro en vez de siete miembros, como proponemos, nosotros no nos metemos; y si Uruguay considera que en el Consejo deben estar representados quince grupos de interés, tampoco nos vamos a meter”.

Eso sí, el presidente de Rampla Jrs. precisó que lo único que nos remarcaron fue: ‘Si vamos a laudar por la transparencia, por la igualdad, y porque todo sea más limpio y cristalino, hay grupos de interés que no pueden quedar afuera; nosotros no les vamos a llevar un Estatuto donde no estén los jugadores, el fútbol femenino y el fútbol del interior, esas son cosas claramente innegociables. ¿Arbitros? ¿Entrenadores? ¿Fútbol playa? ¿Fútbol sala? Nosotros no nos vamos a meter en eso, ustedes deciden si quieren que estén representados’”.

Pese a la puesta a punto que hizo a pedido de Bordaberry, el presidente de los rojiverdes reveló a “La Oral Deportiva” que “no lo ví preocupado”, aunque no vinculó esa apreciación a una salida alternativa que el dirigente considera posible, aunque no fácil: “Podría ser que el nuevo Estatuto venga de la mano con que los clubes lleguemos a un consenso sobre la designación de un nuevo Ejecutivo…eso podría destrabar algo, porque sé que los clubes del TAS no quieren a ninguna de las personas que están hoy en día (en el Comité de Regularización), ni a los que estuvieron en el Ejecutivo pasado. Ellos fueron muy claros y muy críticos en ese aspecto, pues el propio (José Luis) Palma dijo en la asamblea; ‘Yo voto el nuevo Estatuto si ninguno de los que está ahí son candidatos’”.

“Capaz que nos tenemos que poner a trabajar más en eso, en consensuar la designación de un Ejecutivo, que en lo otro, el nuevo Estatuto”, reflexionó Durán, aunque en ese plano hay otra diferencia que lo preocupa tanto como el cisma que dibujó con sus palabras ante los ojos y oídos de Bordaberry: “Habría que consensuar un Ejecutivo, pero sin que se proscriba a nadie en particular. Si no, se inclina demasiado la balanza, se cercena el diálogo, y se hace muy difícil que se pueda seguir conversando”.