Nazaret Tanielián, dueño de Mi Casa, contó el valor cultural que aporta la comida armenia en Uruguay, su llegada y como debió adaptarse al mercado local.
El armenio lo tuvo arraigado desde su niñez. «Yo aprendí a hablar español recién en el colegio», recordó Nazo -así lo llaman sus amigos- «tenía 100 faltas en español y 0 en armenio».
Para él la parte cultural, en general, se centra en el canto, la danza y la comida. Sobre la última explicó que en su caso «viene de generación en generación».
Su fuerte es el lehmeyun, comida principal en Mi Casa, Nazo dice saber todo sobre comida armenia, excepto una cosa, su debilidad, abrir la masa filo. De esta masa se encarga su madre, quien llegó siendo niña a Uruguay, hablando ingles, francés, hebreo, árabe, armenio y turco; pero no español, el cual debió aprenderlo aquí.
Desde el año 1971 está en funcionamiento el restaurante de comida armenia, el cual plantea presentar su cultura en cada uno de sus platos. «Nunca es tarde para aprender», afirma Nazo con respecto a la inmersión en cultural. También añadió que le gusta más la historia mundial que la uruguaya, pero hoy es la historia local la que está dedicándose a aprender.