Escuchá la columna completa de César Sanguinetti:

 

El Gobierno de Armenia anunció el lunes que unas 5000 personas huyeron de la región separatista de Nagorno Karabaj y llegaron a ese país.

Se prevé que la mayoría de los 120.000 habitantes del enclave salgan de ese territorio, luego de que la semana pasada las fuerzas locales se rindieran ante el Ejército de Azerbaiyán, tras un ataque de 24 horas que dejó al menos 200 muertos. Nagorno Karabaj está ubicado en territorio de Azerbaiyán, pero poblado por mayoría de etnia armenia, que se resiste al control de Bakú, y se autoproclamó independiente en 1991.

 El éxodo masivo se produce por miedo a que las garantías que anuncia Azerbaiyán para la etnia Armenia no sean tales. 

El Primer Ministro Armenio, Nikol Pashinián, decidió no movilizar al ejército armenio contra la operación relámpago azerbaiyana que venció a los separatistas de este territorio mayoritariamente poblado de armenios.

 Dijo  “los aliados se propusieron mostrar nuestras vulnerabilidades y poner en duda la capacidad de Armenia para ser independiente y soberana».

 Cuando habla de “aliados” se refiere a Rusia, que ocupa una posición central en el conflicto en Nagorno Karabaj y fue quien apadrinó el acuerdo de alto el fuego que puso fin a otro periodo de enfrentamientos en 2020.

 Moscú desplegó soldados de paz, que sin embargo no impidieron esta semana la operación de las tropas de Azerbaiyán.

 Armenia todavía forma parte de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, una alianza militar dirigida por Rusia.

 Pero la ofensiva en Nagorno Karabaj precipitó las cosas.

 El Primer Ministro armenio dijo que este nuevo enfrentamiento dejó en evidencia que “la cooperación político-militar armenio-rusa son insuficientes para proteger la seguridad exterior de Armenia», lo que confirma un distanciamiento con el gobierno de Putin.

Veinticuatro horas después de iniciarse los bombardeos azerbaiyanos sobre Nagorno Karabaj, las autoridades de este enclave armenio se rindieron  en medio de  la falta de apoyo internacional.

“La reacción de los actores internacionales ante la situación creada en Artsaj [como denominan los armenios a la región en disputa] no es la adecuada y no se han tomado medidas, por lo cual Artsaj se ve forzada a dar los pasos adecuados con el objetivo de garantizar la seguridad física de su población”, se lee en un comunicado atribuido al presidente de la autoproclamada República de Artsaj, Samvuel Shahramanián.

Bajo mediación de las fuerzas de Rusia desplegadas en la zona se alcanzó un acuerdo de alto el fuego.

Este acuerdo implica la retirada de las fuerzas militares vinculadas a la vecina República de Armenia que pudieran seguir en Nagorno Karabaj.

 También la “disolución y desarme completo” de las fuerzas armenias locales. 

 En un discurso televisado, el presidente de Azerbaiyán, Aliyev, anunció que quiere “construir una vida en común [junto a los armenios del Karabaj] basada en la paz, el entendimiento y el respeto mutuo”. 

 El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan se reunió con su homólogo de Azerbaiyán, Ilham Aliyev.

 Entre tanto, Erdogan y Aliyev pusieron la piedra fundamental de una gasoducto, y firmaron 3 acuerdos entre los dos países en diversos campos.

 Erdogan afirmó que con la última victoria de Azerbaiyán contra los grupos armados armenios se han abierto nuevas ventanas de oportunidad para una normalización integral en la región.

 También se espera que Erdogn y Aliyev inauguren el Complejo Militar en La República Autónoma de Najicheván es un exclave perteneciente a Azerbaiyán.

 A todo esto muchas personas se han manifestado en Ereván ante la Embajada rusa, reclamando su intervención, y la oficina del primer ministro, Nikol Pashinián, para reivindicar su dimisión.

 Partidarios de la oposición salieron a las calles de Ereván para exigir la marcha del Gobierno, al que consideran responsable de la derrota.

 El primer ministro armenio, muy crítico con la pasividad de Rusia en el conflicto, subrayó que, al haber sido alcanzada la nueva tregua por mediación de Moscú, las fuerzas de paz rusas tienen “la obligación” de garantizar la seguridad de los armenios de Nagorno Karabaj y las condiciones para que puedan ejercer su derecho de seguir viviendo en “su tierra”.

 Por su parte, Rusia ha culpado al Gobierno armenio de esta derrota, y ha justificado la pasividad de sus tropas en el Karabaj con el acercamiento de Armenia a Occidente.

 “Una medida que tuvo un impacto dramático en la perspectiva de un acuerdo sobre Nagorno Karabaj fue el reconocimiento por parte de Ereván de que Nagorno Karabaj es parte del territorio de Azerbaiyán en las cumbres de octubre de 2022 y mayo de 2023, celebradas bajo los auspicios de la Unión Europea”, remarcado el Ministerio de Exteriores ruso a través de un comunicado donde defendió la inacción de sus fuerzas: “Esto cambió las condiciones bajo las que los líderes de Rusia, Azerbaiyán y Armenia firmaron la declaración de paz de 2020, así como el estatus del contingente ruso de paz”.

En realidad, Pashinián se había mostrado dispuesto a aceptar la soberanía azerbaiyana sobre Nagorno Karabaj, pero bajo la condición de que se diesen “garantías” a los armenios en este enclave.

Así de complicadas las cosas en este momento mientras la población civil sufre.

 ¿Quieren conocer la historia de este conflicto? ¿Las claves para entenderlo?…