Se toma el 24 de abril como el comienzo del holocausto armenio que terminó con la vida de entre un millón medio y dos millones de personas por el gobierno de los Jóvenes Turcos en el Imperio otomano, desde 1915 hasta 1923.

El 24 de abril de 1915 las autoridades otomanas detuvieron a 235 miembros de la comunidad de armenios en Estambul; en los días siguientes, la cifra de detenidos ascendió a 600.

Posteriormente, una orden del gobierno central estipuló la deportación de toda la población armenia.

Se lo considera el primer genocidio moderno; de hecho, es el segundo caso de genocidio más estudiado, después del Holocausto.

Uruguay fue el primer país en reconocer el genocidio armenio en una resolución de la Asamblea General en 1965.

El gobierno turco, por su parte, se niega a reconocerlo como un genocidio ya afirma que el Imperio otomano luchó contra la sublevación en su territorio soberano de la milicia armenia respaldada por el gobierno ruso.

Turquía reconoce que hubo muertes, sin estimar el número, pero las justifica dentro del contexto de la Primera Guerra Mundial y dice no ser responsable de su pasado. Mientras que ha borrado, según denuncian los armenios, toda referencia al genocidio en sus libros de historia, distorsionándola y reescribiéndola a su antojo.

A su vez se ampara el controvertido artículo 301 del Código Civil que impone penas de prisión a quienes “ofendan la identidad turca” para cargar contra todo intelectual, periodista o investigador que hable del genocidio de armenios.

El Genocidio Armenio, negado por Turquía y Azerbaiyán, es reconocido por Argentina, Armenia, Bélgica, Brasil, Bolivia, Canadá, Chile, Chipre, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Lituania, El Líbano, Países Bajos, Polonia, Rusia, Eslovaquia, Suecia, Suiza, Uruguay, Vaticano y Venezuela, 43 estados de los Estados Unidos, las Naciones Unidas, el Parlamento Europeo, el Consejo de Europa, el Consejo Mundial de Iglesias, la Asociación de Derechos Humanos de Turquía, el Tribunal Permanente de los Pueblos, el Mercosur y la Asociación Internacional de Expertos en Genocidio, entre otros.

Las principales autoridades políticas, civiles y eclesiásticas armenias visitaron hoy el monumento “Fortaleza de las Golondrinas” en la conmemoración del Genocidio Armenio.

El presidente de Armenia, Armen Sarkisian, el primer ministro interino, Karen Karapetian, y otras autoridades depositaron ofrendas florales al pie de la llama eterna de Tsisernakaberd como se denomina en armenio el complejo recordatorio de las matanzas.
El Vaticano también emitió un video conmemorativo: