El dueño de Chelato Helados, Nicolás Baladón, estuvo en After Office y contó sus comienzos, las estrategias de mercado para lograr velozmente su desarrollo y los diferentes objetivos que tiene la empresa.

La heladería ya cuenta con 5 años en el mercado y ha logrado un alcance del público joven que otras heladerías no han podido, cuenta Baladón. «El público de las heladerías tradicionales se estaba muriendo», afirmó el dueño de Chelato, «el público joven no tenía una heladería con la que se identificara».

Con el fin de alcanzar al público joven, Baladón explicó que comenzaron con «un carrito super molesto de llevar» , por lo que decidieron utilizar una Kombi, convirtiéndose en los segundos en emplear la tendencia de los foodtrucks en Uruguay.

«La idea era que nos vieras en todos lados», expresó. Para esto formó alianzas con diferentes empresas, además de hacer presente a Chelato en diferentes eventos nocturnos, sunsets, ferias gastronómicas o diferentes after. Baladón contó que «el 80% de los negocios los hicimos de noche».

La heladería cuenta con un público objetivo de 18 a 25 años, el cual siente «que la marca es de ellos». El dueño de Chelato explicó que «es muy difícil que alguien se saque una foto con otra marca de helado, tapan la marca, con nosotros muestran la marca y nos etiquetan».

Baladón explicó que el nombre Chelato surgió de una picardía idiomática, que buscaba «adueñarse del género». La heladería hoy cuenta con paletas personalizadas, las cuales describe como «muy divertidas». En la actualidad están trabajando en el sabor panceta, pero de todos modos afirma que él no vende helados, sino que vende experiencias.

Contó el emprendedor que cuando comenzó tenían que «pedir por favor», pero que en la actualidad los piden para diferentes eventos.

Lo que lo impulsó a trabajar en estos sectores, como base para alcanzar a los jóvenes, fue la idea de estar en donde «la persona es más feliz». Según él estos lugares son el aeropuerto, por los viajes, junto con la noche, porque es donde se está más «descontracturado».