Si bien aún se encuentran en el arroyo Las Vacas, se ubican a una distancia que permite que no hagan presión sobre la estructura.
Durante el fin de semana, la Armada Nacional logró retirar las tres embarcaciones que chocaron contra el puente giratorio de Carmelo. Si bien las embarcaciones siguen en el arroyo Las Vacas, se logró alejarlas de las cercanías del puente.
“El primer objetivo está cumplido. Los barcos ya no están ejerciendo presión contra el puente”, dijo a ECOS Marcelo Etchevers, vocero de la Armada Nacional. Ahora, los pesqueros están atados con lingas que los inmovilizan para que no vuelvan a chocar.
El trabajo consistió en reflotar los barcos. Para ello, se hicieron reparaciones con un equipo de buzos y se extrajeron más de 20.000 litros de combustible y 5.000 litros de aceite, más el agua que había ingresado.
Un informe oficial elaborado para el SINAE da cuenta que se alcanzó el Objetivo planteado:
“Preservar el estado y estructura del Puente Carmelo” , que se viera afectado a consecuencias que 3 pecios, al romper sus amarras, navegaron y se apoyaron sobre estructura del Puente.
Hoy, los pecios gravitan sobre el “pilar central” liberando el empuje que ejercían directamente sobre la “superestructura del Puente” en la “barrera vehicular”.
El siguiente paso será retirar las embarcaciones del arroyo, pero no es tarea fácil porque se encuentran muy dañados. “Es un trabajo de largo aliento. Ahora la prioridad está en preservar la seguridad de las personas y controlar la contaminación que pudo haber generado este siniestro”, dijo Etchevers. Para esto último se están haciendo controles a manchas que aparecieron en el arroyo.
A pesar de este paso, el puente aún continúa inhabilitado para el pasaje de vehículos. Sí lo está para el cruce peatonal que, según indicó Etchevers, se hace en grupos pequeños de personas y con el acompañamiento de funcionarios de Prefectura Nacional Naval.
El pasado viernes, el ministro de Transporte, Víctor Rossi, informó que la reparación del puente tendrá un costo de 3 millones de dólares. Ese monto es el que se le está pidiendo, vía judicial, a los propietarios de los barcos y a la empresa dueña del astillero en donde se encontraban.