La Federación de Funcionarios Ancap mostró su «más profundo rechazo a los desvíos monárquicos del ente, que tienen una enorme significancia simbólica y repercuten negativamente en la deteriorada imagen pública del ente».
Además, señaló que es «una pésima señal en la debida austeridad con la que deben gestionarse los recursos públicos».
Ancap, por su parte, emitió un comunicado después de que trascendiera la compra. Entre otros, la empresa señaló que las sillas fueron «adquiridas para el centro de control de la refinería de La Teja» y «son una herramienta de trabajo importante y adecuada para el desarrollo de las funciones de los operadores”.
“Estas sillas no son de uso común y se utilizan en otras plantas industriales y en trabajos de similares características”, indicó Ancap.