En su columna «Lugar a dudas» en Fuentes Confiables, el periodista Antonio Ladra hizo referencia a la frase «Kesman es Kesman», la cual se utilizó por políticos en el marco de la campaña electoral.
Que Kesman es Kesman y Leal es Leal, que Leal es Bonomi, dichos de un lado y del otro.
Más o menos así fue el debate en estos días, luego que el candidato oficialista Daniel Martínez presentara sus medidas para combatir la inseguridad.
El plan fue elaborado en su mayor parte por su consejero y vocero en estos temas, el sociólogo Gustavo Leal, actual asesor y responsable de los planes Mirador del Ministerio del Interior.
El tema de la inseguridad es complejo, sin duda y es uno de los más sensibles para los electores. De hecho, la inseguridad es para los uruguayos y desde hace varios años, el principal problema.
Así, la cuestión de la seguridad ha quedado en la primera línea de la agenda electoral y es el principal punto por donde se enfilan las críticas al actual gobierno y al Frente Amplio. En la elección pasada las críticas se centraban en el anuncio de Tabaré Vázquez de mantener al actual ministro Eduardo Bonomi al frente de la cartera del Interior. En esta oportunidad las criticas van por el lado de los contenidos, si es más de los mismo, si es otra cosa o si es un ajuste de lo que se ha hecho.
Y a pesar de que Bonomi no va estar más al frente del Ministerio del Interior en un futuro e hipotético gobierno del Frente Amplio, se sigue debatiendo sobre él y Bonomi está en la tribuna mirando cómo se cruzan unos y otros.
¿Es Leal Bonomi? De pique no son la misma persona ni por asomo. Las peripecias personales de ambos no tienen puntos de contacto más allá de que Leal se ha convertido en el último tiempo en un importante engranaje en el Ministerio del Interior.
Pero Leal tiene voz propia y no siempre sus apreciaciones coincidieron con el Ministerio del Interior o con Bonomi.
El planteo de Leal ahora tiene más que ver con realizar ajustes a lo hecho, que tiene mucho en el haber y también mucho en el debe.
Pero a diferencia de Bonomi, el planteo que viene más bien del propio candidato es lograr una mirada integral sobre el fenómeno de la inseguridad.
En síntesis, Leal no es Bonomi como no es José Díaz.
Es cierto y los números no mienten: durante la gestión de Bonomi los homicidios en todo el país aumentaron ¿Es culpa de Bonomi o ha habido cambios en la sociedad que nos ha tapado a todos? Yo creo que ha sido lo último y que cualquiera hubiera sido quien se sentara en la sede del edificio del Ministerio del Interior iba a enfrentar a una situación como la actual. Dicho esto, no quiero que se interprete como un aval a Bonomi, sino como una constatación de una realidad de la que ninguno de los uruguayos estamos ajeno.
Lo que sí está el debe de la actual gestión ministerial es la lucha contra el narcotráfico en grande. No se puede obviar que se ha sabido que en los últimos meses han ingresado 5 toneladas de cocaína y han salido más de 4 toneladas. No se sabe cuanta más ha ingresado y cuánta mas ha salido, pero generalmente se multiplica por diez. Esto es un dato no menor y que afecta no a la seguridad interna sino a la imagen del país.
Este lunes, conversando con un diplomático afincado en el país hace dos años me decía que este es el principal problema que le ve a Uruguay hoy: el hecho de que se haya convertido en un lugar de pasaje de droga hacia Europa.
Uruguay tiene buena reputación en el mundo entero, pero esto la echa por tierra, me dijo. Aunque me agregó: se esta a tiempo de revetirlo.
Da para pensar si el tema no es más que un divertimento sobre si Kesman es Kesman o si Leal es Bonomi…