De taquito a la mañana recibió a Gustavo Sáenz, fundador y presidente de la asociación civil “El Palomar”, que trabaja por facilitar el acceso inclusivo en sociedad a personas en situación de discapacidad.

Sáenz hace 25 años era parapléjico y luego de enfrentar esta situación decidió colaborar con niños y adolescentes con discapacidad. “Esta ONG tiene una historia. Algún día no pude caminar, ahora puedo caminar, pero muchas personas no. El nombre ‘El Palomar’ es en honor a mi padre”, dijo Sáenz.

El fundador se lesionó jugando al rugby. “En un segundo perdí todo: fui a cubrir una pelota, caigo mal y ya no me puedo levantar. Fueron muchas noches de silencio en el hospital, noches muy largas. Tuve la suerte de poder irme a Estados Unidos para rehabilitarme, pero hay mucha gente que no tiene esa posibilidad”, afirmó.

“Por más que yo pueda caminar, lo hago con dificultad. Me siguen tocando bocina en la calle y sigue habiendo diferencias para las personas en situación de discapacidad”, contó. “Hay mucho por hacer en materia educativa, y en toda la sociedad. Si bien se ha mejorado aún no ha sido suficiente».

Con respecto a su organización, según Sáenz, la idea es «generar un equipo de psicólogos trabajando detrás. Este programa surge por un grupo de gente que vive en Washington y tiene este programa de apoyo para permitirle a otro estudiar como a una persona que no tiene discapacidad. El primer año la idea es becar niños para que puedan insertarse en el mundo educativo y social”, dijo.

“La idea es becar cerca de 100 niños para el año próximo, pero ahora vamos a comenzar con un plan piloto de seis niños”, aseguró. Sáenz contó además que como el proyecto comenzó hace cuatro meses, aún no se ha obtenido financiamiento.

“La ley laboral es un punto de partida. Quizá no hay personas preparadas para ingresar, pero esa es la idea: prepararlos para el mundo laboral”, concluyó.

«El Palomar» tendrá su inauguración oficial este viernes 15 de noviembre a las 19 horas en Canadá 6311 esquina Plaza Thays con una suelta de 500 palomas, que volverán luego de su vuelo a su palomar.

«Por eso la frase ‘hasta el cielo no paramos’, es una frase que quiere transmitir que los sueños son realizables», contó el fundador.

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