De taquito a la mañana dialogó telefónicamente con el cantante Mauricio Ubal sobre el fallecimiento del músico, docente, compositor e intérprete uruguayo Luis Trochón.

Foto: Escuela de Acción Artística

«Nosotros habíamos estado con él hace un par de semanas, y lo habíamos encontrado muy complicado, sobre todo la perspectiva de vida. Fue una ida piadosa, porque lo que se le venía a Luis era una vida complicada y muy fea de vivir, entonces creo que este momento si bien es amargo, esta era la mejor salida», explicó Ubal sobre la enfermedad del icónico director artístico, quien padecía cáncer.

«El primer recital que hice con él formalmente fue en 1978. Yo era un gurí, pero él en ese momento ya estaba cantando. Mucho después ocurre la locura de La Troupe Ateniense y La Verdad Que Sí, y después seguí trabajando con él en Yambo Kenia cuando me invitó a hacer canciones», repasó Ubal sobre su relación con Trochón.

«Luis era un tipo que te incitaba a trabajar y te obligaba y era muy riguroso, muy duro, no te dejaba pasar nada. Tenía ideas que le complicaban toda la vida y eso tuvo secuelas. Lo más lindo de Luis era esa exigencia que hacía sacar lo mejor de uno», recordó.

«Él entendió que tenía que dedicarse un tiempo a mejorar todo el trabajo de producción, el escenario, lo teatral, y no necesariamente dedicarse a componer. Él aplicaba todo lo que sabía de la música en otros aspectos, no tanto en la composición», contó Ubal.

«El legado que él deja es su trabajo, su espíritu de innovar, de hacer cosas que nadie estaba haciendo. Él iba por los caminos más difíciles, era muy audaz en sus propuestas. Siempre fue muy interesante e intuitivo y por eso siempre nos preocupábamos de insinuarle que no perdiera esa veta. Cuando lo vimos hace dos semanas, él estaba empeñado en volver a trabajar con la guitarra, era una de las únicas cosas que lo tenía con cierto espíritu. Había vuelto a su viejo amor», concluyó.

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