De taquito a la mañana recibió a Juan Pablo Cibils, psicólogo y columnista del programa, que habló de los amores narcisos en la adolescencia.

Cibils explicó el mito de Narciso, e introdujo el personaje de Eco. Eco era una ninfa del bosque que protagonizó varios mitos y leyendas. Era muy charlatana y juguetona, y solía entretener así a la diosa Hera, mientras su esposo, Zeus, aprovechaba para irse a hacer de las suyas. Cuando Hera se enteró de las infidelidades de Zeus, condenó a Eco a no poder hablar por sí misma, sino sólo repetir las últimas palabras de lo que escuchara.

Por otra parte, Narciso era un joven de gran belleza que al nacer, el adivino Tiresias predijo que ver su propia imagen en un espejo causaría su perdición. Advertida, su madre evitó siempre espejos y demás objetos en los que Narciso pudiera verse reflejado. Así creció ignorando la enorme belleza con la que contaba y se volvió un muchacho muy introvertido. Le gustaba dar largas caminatas, sumergido en sus pensamientos, y en una oportunidad pasó cerca de la cueva de Eco, que al verlo –sin que él la notara- quedó fascinada por él.

“Yo creo que estamos en una cultura narcisista; ya no tenemos los lagos de espejos de Narciso, los lagos ahora son las redes sociales: los muros de Facebook, Instagram», dijo Cibils. “Lo más importante es poner en consideración la mirada del otro. Si tengo una mirada narcisista, descarto a la otra persona cuando no me sirve, y esto pasa tanto con amigos como con compañeros o parejas», explicó.

“En la falacia de la libertad, el que es narcisista piensa sólo en él, sólo atendiendo al deseo, sin pensar que quiere la otra persona; esa parte no la pone en consideración”, apuntó el psicólogo.

«Como padre, hay que tener en cuenta qué tipo de vínculos tienen nuestros hijos con los otros: si son empáticos, si piensan en los otros, o si sólo piensan en sí mismos», aseguró.

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