Lugar a dudas, la columna del periodista Antonio Ladra.

Mañana, jueves 23, ingresará formalmente al Parlamento por el Senado la Ley de Urgente Consideración, conocida por sus siglas como LUC, una propuesta anunciada y prometida durante la campaña electoral por el presidente Luis Lacalle Pou, aunque es verdad nunca sus contenidos.

El solo anuncio de la presentación y luego presentación misma, ha dado lugar a varios cuestionamientos no solo de la oposición, algo ya de por si esperable, sino dentro de la propia coalición de gobierno. En primer lugar, porque ésta LUC es más de lo acordado entre los socios, lo que dará lugar a que muchos de los artículos sean o descartados de plano o negociados en el plazo que se tiene para este tipo de proyecto, que son apenas 90 días en total.

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El Presidente y el Partido Nacional insiste en iniciativas tales como la desmonopolización de ANCAP, cuestionado por el Partido Colorado o la creación de un órgano desconcentrado del Ministerio de Vivienda, que no cuenta con el apoyo de Cabildo Abierto, pero hay otras iniciativas, en otros campos: seguridad, normas penales, educación, inclusión financiera, donde las diferencias persisten y por tanto no es seguro que se llegue a las mayorías necesarias para aprobar esos artículos.

En la campaña electoral de 1999 el entonces candidato del Frente Amplio, el expresidente Tabaré Vázquez, anunció que en un eventual gobierno haría “temblar las raíces de los árboles”.

El presidente Lacalle Pou no prometió hacer temblar las raíces de los árboles, pero pretende desmontar 15 años de gobiernos de izquierda a través de este proyecto y aunque Lacalle sabe que tiene la mayoría propia para aprobar esta ley, la presenta ahora en momentos donde tiene una fuerte aprobación a su gobierno por la respuesta sanitaria que ha implementado en torno a la pandemia del coronavirus. Hay por tanto una luna de miel que debe aprovechar, porque, además, este tema de la pandemia es algo nuevo e inédito donde se está aprendiendo sobre la marcha y en ese sentido no se sabe para dónde puede disparar o cuánto tiempo puede durar.

Otro aspecto que induce a pensar que este apresurado ingreso de la LUC en el Parlamento se debe a que uno de los socios de la coalición, el senador Guido Manini Ríos y su sector “Cabildo Abierto, está marcando un perfil propio y diferente, como si no fuera parte del gobierno, con una agenda propia, lo que pone en duda el futuro de la coalición. Esta parece ser entonces la mayor urgencia de Lacalle.

Uno de los cuestionamientos más corridos es que en estos momentos de pandemia no es bueno ni saludable para democracia que se plantee este proyecto de más de 500 artículos y con plazos perentorios. Incluso el senador comunista Oscar Andrade ya avanzó sobre lo que hará el Frente Amplio. En declaraciones al periódico la diaria dijo que es “altamente probable” que el FA salga a recolectar firmas para llevar la norma a un referéndum: “Si se privatiza ANCAP [por la desmonopolización de combustibles que establece el proyecto], si se generan enormes riesgos sobre Antel y se restringen las libertades individuales, me parece que es el escenario más probable”.

Es cierto que la LUC fue una promesa de campaña, pero fue una promesa hecha en otro país y para otro país diferente al que tenemos hoy.

Hoy, parafraseando al presidente, tenemos una nueva normalidad por lo que los planes deben ser para esta nueva normalidad y no para la anterior.

¿Toma en cuenta la LUC, por ejemplo, el más radical de los cambios que va a dejar la pandemia en la nueva normalidad como es el ingreso del teletrabajo en el mercado de trabajo que se ha hecho de manera radical y abrupta? ¿Los contenidos y los instrumentos de la LUC son los que el país requiere frente a la hecatombe que estamos viviendo y por consiguiente las incertidumbres que se plantean?

La LUC por ejemplo no toma en cuenta algo de lo que nadie habla a cara descubierta y es que la nueva normalidad representará navegar en un país arado con sal, un país donde habrá una fuerte crisis que dejará a miles de uruguayos sin trabajo; hoy muchos de ellos tienen el respaldo de un seguro de paro que tiene una fecha de finalización.

Los contextos internacionales y regionales se presentarán como muy recesivos y tardarán bastante más de lo previsto en recuperarse, según coinciden en señalar todos los analistas. Los impactos de la crisis económica afectarán principalmente a los sectores vulnerables, a los que en la pasada columna denomine perros flacos, aquellos que no tienen condiciones de recuperación rápida. Los impactos serán especialmente severos en los trabajadores informales, en las personas con dificultad para el teletrabajo, en los miles de migrantes que no se han podido acomodar en un mercado laboral que solo les puede dar, en el mejor de los casos, una bicicleta para repartir Pedidosya.

La periodista canadiense Naomi Klein alerta en su libro “La doctrina del shock” (1) de cuando la política usa las crisis a gran escala para impulsar determinadas políticas. Dice Klein “en momentos de crisis, la gente tiende a centrarse en las emergencias diarias de sobrevivir a esa crisis, sea cual sea, y tiende a confiar demasiado en los que están en el poder”. Parece que todos los movimientos que ha hecho el gobierno van en ese sentido.

Foto: Gastón Britos / FocoUy.