El «Guti» habló del momento que se vivía, la historia de los «repatriados» y el carácter conciliador del «pichón».
Un mediodía que no era común y corrientes, en la AUF Héctor «Pichón» Núñez daba a conocer los convocados para la Copa América que se jugaría en Uruguay con sede en Montevideo, Rivera y Paysandú. En una organizada conferencia de prensa Don Carlos Maresca le pasaba el micrófono a al «Pichón» este desplegaba una colorida carpeta donde estaban los esperados nombres.
El «Guti» no solo se metió en la lista, también se metió en el euipo y a pesar de varios contras terminó metiéndose en el corazón dela gente«Me definía como un jugador fuerte físicamente e inteligente tácticamente. Sabía que mis limitaciones eran los pases y la velocidad» dijo charlando con Alberto Kesman en La Oral Deportiva.
«No me encierro en un libreto. Me adapto a buscar la manera de lograr el cometido. No me gusta perder. Siempre intenté mejorar, tomar cosas de los compañeros para pelear mi oportunidad y convencer al técnico», recordó, también hubo un recuerdo para el 4º penal, en la definición cuando pidió la pelota se hizo un silencio en el estadio, «Pense que se había suspendido el partido» dijo en broma, «Cuando el técnico dijo quién quiere patear enseguida pedí uno».
El «Guti» habló del momento que se vivía, la historia de los «repatriados» y el carácter conciliador del «pichón»: «Los jugadores eran rehenes de los rótulos que se les ponían como lo de los «repatriados». Obviamente que adentro te llevas mejor con unos que con otros pero de ahí a que hubiera problemas no era tan así» dijo en Radio Universal.