Lugar a dudas, por Antonio Ladra.

La comedia de Manini Ríos y sus fueros parece haber llegado al menos en estos días a su final. Guido Manini Ríos había hecho campaña a lo gallito, sacando pecho, alardeando durante la pasada campaña electoral, diciendo que estaba dispuesto a comparecer ante la Justicia para explicar su conducta en relación con el Tribunal de Honor para José Nino Gavazzo, luego que el fiscal Rodrigo Morosoli lo acusara de omisión y pidiera la suspensión de sus fueros. Este lunes Manini se desayunó diciendo que “las circunstancias han cambiado” y por eso dio marcha atrás.

Curiosa manera de enfrentar la batalla la de este general.

Escuchá la columna completa de Antonio Ladra:

El general retirado, elegido senador en las pasadas elecciones usó un video, ya son varias las veces que usa ese mecanismo para comunicar sus decisiones, para dar marcha atrás en su anuncio de dejar los fueros. En el video, Manini, sentado en su despacho de senador, con Artigas de fondo, pero con una postura militar de cadena de las Fuerzas Conjuntas de las 20 horas, con frases cortas y cortantes, con rostro malhumorado, comunicó que no entraría a sala cuando se proceda a votar su desafuero. “No puedo estar en la misa y en la procesión” dijo.

El video se conoció mientras los legisladores blancos definían que hacer, aunque parece que debió ceder a la presión del Partido Nacional que conminó a Cabildo Abierto que se definiera de una vez por todas y que se dejara de decir Gre-Gre para decir Gregorio (esto sin ningún tipo de alusión).

Para el Partido Nacional no era negocio pagar el precio político de impedir el desafuero, mientras Manini alardeaba.

Lo cierto es que, además de Cabildo Abierto, ni los blancos ni los colorados sanguinettistas darán sus votos para desaforar a Manini.

Para llegar a esta situación debió haber todo tipo de negociaciones, bajo el signo de la aprobación del presupuesto, obviamente, el más importante para el presidente Luis Lacalle. Puede haber ocurrido, pero no puede asegurarse que el truque fue rechazar el desafuero para asegurar el apoyo de CA al proyecto de presupuesto.

Sin embargo, como quedó claro en su aparición en la pantalla, Manini alegó que corre peligro por haber solicitado la destitución del Fiscal de Corte y que hubo varias resoluciones judiciales que califico de dudosas.

Y esto es lo más grave de todo lo que dijo Manini, porque no se trata principios o de sus fueros parlamentarios: se trata de que no cree en la Justicia. Ya lo sabíamos, pero ahora lo reafirma. Manini una vez más se pasa la institucionalidad por donde mejor le conviene.

Manini nos spoliea: es como una entrega por capítulos de una serie de la cual ya sabemos el final.

El excomandante en jefe del Ejército había asegurado en más de una oportunidad que votaría su desafuero. “El levantamiento de los fueros permitirá llevar el caso rápidamente y terminar el tema de una vez por todas”, dijo el líder de Cabildo Abierto a El País el lunes 3 de agosto. Esa fue la última vez que aseguró públicamente que votaría su desafuero.

Hombre de poca palabra. En menos de un mes cambio de opinión.

Otro que cambio de opinión fue el ex presidente Mujica, quien antes había dicho que estaba dispuesto a negar el desafuero cuando todo el Frente Amplio decía que lo iba a votar. Y Mujica cambió y jugó más fuerte: voto el desafuero, pero no doy los votos para que regrese, otra opinión en contra de su propio partido.

¿Ecos de pactos? Solo Mujica y Manini lo saben.

La solicitud de desafuero de Manini Ríos fue tramitada en noviembre del año pasado por el fiscal del caso, Rodrigo Morosoli, por la actuación del líder de Cabildo Abierto como comandante en Jefe del Ejército ante una confesión realizada por José Nino Gavazzo, quien reconoció ante un Tribunal de Honor que había hecho desaparecer el cuerpo del militante tupamaro Roberto Gomensoro en el río Negro en 1973.

La actitud de Manini, no hace sino confirmar que el general y sus seguidores, la extrema derecha como quizás nunca se había conocido desde la restauración democrática en nuestro país tiene fueros y actúa impunemente, aun en democracia. Manini y sus acólitos: los negacionistas de los desaparecidos de la represión, los que no le gustan los sindicatos, los que no le gustan los hippies, los que no le gustan los hombres y mujeres gay están aquí entre nosotros.

Cabildo Abierto no cree en la Justicia, el ministro de Interior no cree en la imparcialidad del Instituto Nacional de Derechos Humanos. El principal dirigente del sector mayoritario del Frente Amplio, el ex presidente Mujica dice una cosa un día y lo contrario al otro día. No parece ser el mejor camino para construir institucionalidad democrática.

Entonces cabe preguntarse como sociedad ¿cuánto hemos hecho para que esto ocurra, cuántos errores hemos cometido, cuánta responsabilidad nos cabe?

 

Foto: Federico Gutierrez / FocoUy