Por Antonio Ladra

Hoy quería hacer un balance de este año que ya se termina, este año que ya es un mito porque la cadena de hechos, que, como un tsunami se han precipitado, uno tras otro sobre la humanidad. Pero al final no será un balance será en todo caso un desbalance.

Desde que todo esto comenzó en Wuhan, el año pasado y que en nuestro país en concreto fue el 13 de marzo, cuando se decretó la emergencia sanitaria, muchos hábitos han cambiado en nuestras vidas y muchos más deberán aún cambiar, y muchos de ellos permanecerán entre nosotros como parte de una nueva normalidad, por ejemplo, el distanciamiento físico, algo especialmente duro para nuestra forma de ser.

La incertidumbre ni siquiera tuvo que pasar por la burocracia, adquirió carta de ciudadanía global sin necesidad de hacer trámite alguno. Es una paradoja, pero la incertidumbre es la única certeza que tenemos sobre nuestras cabezas.

Los humanos fuimos atacados por un enemigo invisible y nos encontró con la guardia baja y ya se ha llevado casi dos millones de vidas, hundió a la economía y muchos países están en problemas, con graves problemas, sobre todo los más débiles, los más pobres.

Nos ha recordado que los humanos somos frágiles y ahora que se empieza a ver que hay luz al final del túnel con la aplicación de las vacunas, deseamos, con algo de esperanza, un 2021 más amable.

Pero, y perdón, queridos oyentes de Punto de Encuentro, no tengo una mirada amable sobre lo que viene.
Mañana es 31 de diciembre, el último día, del último mes de este 2020. No quiero caer en la fácil tentación de decir se va el año horrible y que vendrá un año mejor. No es recomendable especular de qué modo nos tratará 2021. Sin embargo, tengo miedo y aquí no incertidumbre, sino certeza de que será peor.

Aumentará la desocupación, la economía uruguaya, ya averiada en este 2020 y que venía debilitada se verá más resentida, el clima no ayuda, por cierto, es grave la situación de sequía que vive el país.

¿Vacuna, vendrá la vacuna, qué vacuna, nos salvará y que pasará después, vendrá otra cadena de eventos con que castigará a un planeta castigado al que no queremos nada, al que no cuidamos? Son preguntas que nos hacemos y sobre todo las preguntas se amontonan a raíz de las múltiples dudas u oscuridad que hay en la información sobre el virus, sobre su origen, por ejemplo, que es la pregunta primera que hay que hacerse. ¿Fue un error desafortunado en un laboratorio, fue planificado, fue un señor que hizo un guiso de murciélago?

Y en el ámbito doméstico no hay ya la claridad que existía antes con la difusión de las cifras del avance de la pandemia en nuestro país. Parece que la política ha avanzado sobre la ciencia y eso no es nada bueno. Un punto es, por ejemplo, “murió por coronavirus o con coronavirus”, es una diferencia importante para aquilatar verdaderamente situación. O ahora mismo, la cuestionable decisión tomada por la intendenta de Montevideo Carolina Cosse, que, según el semanario Búsqueda de hoy, decidió “declarar clasificada como información reservada toda lo que surja del informe producido por el Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable”, en referencia al relevamiento de datos en las unidades de transporte colectivo de pasajeros respecto a la existencia de trazas del virus.

Quienes usamos el transporte público tenemos el derecho y la administración la obligación de liberar esa información y también las empresas, obviamente.

El 2020 fue tétrico para la cultura, al desastre económico se le sumó el emocional.

Más allá de la pandemia, qué decir de la política que va a los bandazos entre el oficialismo y la oposición, donde ni uno ni el otro se acomodan en sus papeles, y no están pensando en la gente, en el país, y sí en sus chacras, en esas porciones de poder que la peste les deja libre.

El oficialismo con sus tirones internos: Cabildo Abierto contra todos y todos contra todos, desgarros que se anuncian o que se piden, a nueve meses de la asunción del presidente Luis Lacalle Pou. No son buenas señales para la coalición gobernante.

Y una oposición con un Frente Amplio sin conducción, con varios intentándolo y aun sin acomodarse al papel que tiene que ocupar. No es bueno para el país. Y encima, para más Inri falleció Tabaré Vázquez.

Mientras, el PIT CNT con el apoyo del FA, se lanza a juntar firmas contra la Ley de Urgente Consideración para convocar a un plebiscito, una jugada audaz y arriesgada; muy arriesgada. ¿Tiene claro el FA un plan b si fracasa, no en la recolección de firmas sino en el plebiscito? ¿Tiene claro el gobierno un plan b por si pierde el plebiscito?
Me juego que no hay ningún plan b y en el medio la gente que se sentirá tironeada de un lado y del otro. Blanco o negro, nada para la gama de los grises.

Y para el final una muestra de lo que ha sido este año.

La fundación del Español Urgente, promovida por la Agencia EFE y la Real Academia Española de letras elige cada año una palabra como símbolo.

¿Saben cuál fue? No, no fue coronavirus. Fue “confinamiento” que significa “aislamiento temporal, generalmente impuesto de una población, una persona o un grupo por razones de salud o de seguridad”.

Sí, así nos sentimos, aislados a pesar de los aplausos a los médicos, ya olvidados, a pesar del zoom, porque a pesar de las conexiones nos falta la piel, claro.

Confinamiento le ganó a ‘coronavirus’, ‘infodemia’, ‘resiliencia’, ‘covid-19’, ‘teletrabajo’, ‘conspiranoia’, ‘pandemia’, ‘sanitarios’ y ‘vacuna’.

Notaron las palabras que faltan: ‘amor’, ‘caricias’, ‘sueños’, ‘felicidad’, ‘salud’, ¡tantas palabras!
Por eso, a pesar de todo, codo con codo y puño contra puño, nos vemos en el 2021.

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Gastón Britos / FocoUy